Arco y Flecha
30 enero, 2017

Política y el hartazgo social

 Por: Ing. José Ismael Leyva Nava

Basta que usted salga a la calle y pregunte a cualquier ciudadano de a pie,  ¿Qué opinión le merece un político? Enseguida vendrá una andanada de insultos y quejas, que nos demostrara el hartazgo que  se tiene de la clase política; que ganado a pulso, se lo tienen bien merecido. No los culpo ni tantito.

La clase política emergida de los partidos se ha encargado de manchar su imagen, desde el más alto nivel, como lo fue los casos de corrupción de la casa blanca del presidente de la República y del que no hubo consecuencia alguna, hasta los niveles estatales donde ves a ex gobernadores desfalcar su Estado y donde apenas pisan la prisión por escasos 5 minutos como lo hizo Medina de Nuevo León, o como Duarte en Veracruz  que no se le encuentra por ningún lado, donde ya no se diga robo al erario, sino fue el responsable de actos de maldad pura al cambiar dosis de agua destilada por tratamientos de quimioterapia a la población infantil.

O tal vez exalcaldes como Victoria Labastida en la capital potosina, o exalcaldes de Matehuala que dejaron enormes deudas (que crecen día con día) y nos dejó embarcados ante dos empresas de parquímetros que tienen en jaque al jurídico y síndicos de Matehuala.

O que me dice de la mala memoria que tenemos los matehualenses cuando en el cierre de campaña el hoy presidente nos prometió con sus propias palabras: “ ..la construcción de un Centro de Abastos, para reactivar el comercio y generar empleos, la creación de una unidad deportiva  que impulse las prácticas deportivas entre la juventud, así como la gestión de un rastro TIF que garantice la sanidad en  la comercialización de productos cárnicos..”

¿Cuántas promesas de estas nos han cumplido? ¿Cuál por lo menos se encuentra en construcción para poder entregar en el 2018?

En fin, es por eso que la propia clase política partidista, se ha encargado ella misma  de perder credibilidad ante la sociedad, ante el trabajador de a pie que gana 700 pesos semanales, ante el profesionista que tiene la experiencia de años y que ve que un velador en el poder judicial del Estado gana más que él, y con todas las prestaciones, de las que muchas veces, en la iniciativa privada ni siquiera se atreve a pedir, por perder el empleo, ya no decir los jueces y magistrados que tienen corrompido un sistema  judicial y donde la justicia solo le es accesible al que más tiene; eso en México todos los sabemos .Ante el transportista que ve que la retórica del discurso no sirve para llenar el tanque de gasolina de su auto, combi, camión etc. Ante el ama de casa que se entera desde el primer día del cambio del precio en el kilo de tortillas y eso es una catástrofe para los suyos  y ajusta su dieta semanal para darle de comer a una familia de cuatro, con su sueldo que apenas subió 4 pesos el año pasado.

Ya no cree el medico que tiene que poner de su bolsa para comprar torundas de alcohol para desinfectar el área herida del paciente joven, que está atendiendo de una herida de bala y que es más común de lo que se podría pensar incluso en nuestra ciudad.

Perdió credibilidad ante la chica que tiene que buscar compañía, o un medio seguro de trasporte para llegar a su casa, porque sabe que el camino, mínimo va a recibir el acoso de alguna persona, hasta la posibilidad  que de repente quede secuestrada y desaparecida y con su foto de la alerta Amber dando vuelta por todos lados, buscando sin encontrar, la seguridad que el Estado está obligado a brindarle y no lo hace.

Por eso no culpo a la sociedad de su hartazgo. Pero dentro de toda ella, también hay gente valiosa que decidió dejar de quejarse, para desde su trinchera empezar a hacer un cambio, en su colonia, en su ciudad en su país.

Personas que somos profesionistas y recibimos una educación forjada dentro de los valores que nos dio nuestra casa de estudios; tenemos la enorme responsabilidad de devolver a la sociedad algo de lo mucho que se nos ha dado. Tenemos la enorme responsabilidad de defender al que no sabe, que no sabe; de poner un freno a situaciones de corrupción e impunidad que es cosa de todos los días en este país Kafkiano, más  surrealista que su propia  obra como diaria Salvador Dalí.

Así que lo invito a hacer política de la buena, porque de ahí emana toda su situación de vida, todo lo que lo va a normar en su diario interactuar con la sociedad y con las instituciones, hasta los grandes acuerdos que tienen un impacto de gran calado. Lo invito a vigilar, a actuar, a participar, dentro de una trinchera que escape de los intereses y compromisos partidistas que tanto han dañado a nuestra casa, a México. Si no somos nosotros, ¿Quién?

 

Egresado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Ingeniero civil con estudios de posgrado en el área de Ingeniería Urbana. Catedrático a nivel superior. Fundador y actualmente secretario del Colegio de Ingenieros Civiles de Matehuala. Participa activamente en Organizaciones Ciudadanas No gubernamentales en favor de la Transparencia, el cuidado del medio ambiente y el fomento a la lectura. Escritor de libros de cuentos y Premio municipal de periodismo 2016 en la modalidad de Artículo de Opinión. Director General del Diario Digital Arco Informativo.

 

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