De un cambio imposible a la renuncia forzada del general Gutiérrez
30 noviembre, 2017

De un cambio imposible a la renuncia forzada del general Gutiérrez
30 noviembre, 2017

Por María Elena Yrízar Arias

Desde el inicio de la administración de Juan Manuel Carreras, muchos potosinos no vieron con buenos ojos el hecho de que se nombrara a un militar que trabajaba en Tamaulipas como director de Seguridad Pública del Estado potosino, y mucho menos que trajera de allá a nuevos elementos y directivos de esa dependencia, haciendo a un lado a algunos funcionarios de origen potosino. Así las cosas, infinidad de señalamientos se vinieron haciendo por diversos medios de comunicación de que en lugar de mejorar, empeorábamos en el rubro de inseguridad. Estas voces vinieron de representantes de la Iglesia, de organizaciones sociales, partidos políticos y un sinfín de personas en todo el estado, y múltiples reportes y artículos sobre inseguridad, pero las cosas no cambiaban.

Dentro de la Policía Estatal operaba un grupo de policías de elite llamados “Los Talibanes” que en mayo de 2016 dieron muerte a una estudiante en el municipio de Villa de Arista. La joven, de nombre Alondra Estefanía, era estudiante del Colegio de Bachilleres de Villa Hidalgo.

Así las cosas, algunos escribimos artículos sobre la inseguridad que cada día azotaba a los potosinos y que teníamos más que miedo porque persistía la inseguridad. Pero, no pasaba nada. No se miraban cambios positivos sobre esta problemática, aunque las cifras de múltiples delitos graves aumentaban con el tiempo y el general Gutiérrez parecía cada día más aferrado a su trabajo y el gobernador no definía ningún cambio trascendental.

Esta semana, la euforia que ha provocado la llegada de José Antonio Meade como aspirante a candidato a presidente de la república por el PRI, a muchos potosinos les distrajo del verdadero problema que se vive en la entidad y que tiene que ver con el asunto de la inseguridad. Pero, según las afirmaciones que publicara ayer nuestro compañero Jaime Nava Noriega, en su columna Doble Filo de la Jornada, el efecto Meade acaba de cobrar su primera víctima. Se trata de la renuncia que presentó la tarde de este martes el secretario de Seguridad Pública del Estado, Arturo Gutiérrez García, quien precisamente acababa de declarar que él no dejaría el cargo; sin embargo, fuentes cercanas a la administración estatal aseguraron que el cambio –que parecía imposible– vino con fuerza desde la Federación cortesía del aspirante presidencial. Tan vino de fuera que ni siquiera los funcionarios del partido en el poder estaban enterados de lo que ocurriría. Horas antes de que comenzaran a circular las versiones de la destitución –o solicitud de renuncia, como se prefiera ver– el delegado del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, Jorge Schiaffino Izunza, salió a justificar la falta de movimientos en el gabinete de seguridad con el argumento de que ni “el mismo señor Jesucristo” podría resolver el problema.

De ser verdadera esa información, entonces nos encontraríamos ante un posible candidato priísta, José Antonio Meade, capaz de dar las primeras muestras de la forma y términos en que ejercerá su poder y entonces, Schiaffino Izunza deslindará –tarde que temprano– al señor Jesucristo de ese asunto, que nada tiene que ver con la problemática política que vivimos. Y por otro lado, la fulminación que se hizo del secretario de Seguridad Pública Estatal, es una muestra de la inmediata obediencia del gobernador a la petición emanada de la Federación y con la posible rúbrica de Meade. Lo que alegra grandemente a muchos potosinos que están cansados de la forma y términos tibios en que se ha desempeñado el gobernador ante este rubro de inseguridad, que obliga a que ante los grandes males, hay que darles grandes remedios. Ni modo, no existe otra forma inteligente.

El gobernador Juan Manuel Carreras López confirmó este miércoles la renuncia de Arturo Gutiérrez García a la Secretaría General de Seguridad Pública del Estado. Hoy, a las 10 horas, tomará protesta como nuevo secretario de esa dependencia Jaime Pineda, quien se desempeñaba como comisionado de la Policía Federal en el Estado.

Los mil 200 agentes de la Secretaría de Seguridad Pública en el Estado que llegaron con el general Gutiérrez García, el mismo martes que renunciara su jefe, vaciaron las oficinas de esa dependencia estatal ante su inminente salida de la corporación, comenzaron a saquear el mobiliario, lámparas y balastras, hasta sillas, mesas, escritorios, computadoras y mobiliario de oficina por parte de un grupo de personas, presuntamente encabezado por la esposa de Arturo Gutiérrez Estrada. También vaciaron las oficinas del Voluntariado de la Secretaría de Seguridad Publica, donde se desempeñaba la esposa del ex funcionario.

Hasta resulta que esta legión extranjera ayer dijo que somos unos “pinches potosinos mal agradecidos”. Lo que no saben es que estamos muy agradecidos porque se van.

mariaelenayrizararias@gmail.com

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