19 mayo, 2017

El Cenit

Por: Raúl Axel Mayorga Molina

 

Quinto mes

Hola querido lector o lectora, por razones que atribuyo a mis actividades académicas y laborales es que me ausenté de este espacio durante un considerable tiempo. Empero, en esta décimo sexta columna vuelvo a la carga para comentar algunos asuntos bastante relevantes, llegado ya (muy pronto para algunos) el mes número cinco del año. ¡Vaya que cómo corre el tiempo y cuanto ha ocurrido desde la columna anterior!

En el momento en que escribo esto, según reportó nuestro portal, Arco Informativo, Donald Trump notificó al Congreso de Estados Unidos del inicio del proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, o NAFTA por sus siglas en inglés), algo que pone en vilo a los mercados, pues lo que pase con el acuerdo tripartito entre México, EE.UU. y Canadá será ejemplo de cómo la administración de Trump procederá con otros acuerdos comerciales que tiene ese país con otras naciones del mundo. Mientras, la economía nacional resiente la incertidumbre y el Gobierno federal parece nadar de muertito en tanto los estadunidenses se pronuncien sobre las condiciones que habrán de poner a sus socios el próximo mes de agosto, cuando la mesa de negociación se instalará como tal. Esperemos que los representantes mexicanos no se dejen amilanar, aunque si tomamos como ejemplo la forma en que la administración de Peña Nieto ha procedido sobre la macroeconomía, pues…

En fin, en este mayo también ocurrió un hecho que enlutó aún más la profesión del periodista, es decir, el asesinato de Javier Valdez. En los últimos tres lustros más de cien periodistas han perdido la vida por informar, el cumplimiento de su deber. Es más que justo que el gremio exija al Estado una mayor protección y garantías a su papel, pues este es esencial en las sociedades que así se llaman democráticas. Si los medios no pueden informar con plenitud por miedo a represalias (la máxima de todas, la muerte), entonces, ¿México puede llamarse democracia o es sólo una simulación muy bien orquestada, un régimen plural y respetuoso en el papel, pero omiso (y a veces responsable directo) en la práctica? Eso lo dejo a consideración de usted.

Ahora, en temas locales, trascendió la toma del libramiento de Matehuala que llevó a cabo el Ayuntamiento, tras catorce años de incumplimientos por parte de la empresa Omega, responsable de operar ese tramo carretero que mucho le he quitado a nuestra ciudad. Lo digo porque antes los automovilistas pasaban por Matehuala y podían entrar a comprar alimentos, artesanías, conocerla o descansar. Ya, cuando menos, contribuían al comercio en las zonas aledañas a la carretera 57. Sin embargo, todo eso acabo cuando se construyó el libramiento y los matehualenses salimos perdiendo. Por eso, apoyo la medida que tomó la autoridad municipal, porque era más que justo que le devolvieran algo de todo lo que han salido ganando tras años de incumplimientos y de ganar a costa de empleos para los nuestros. Esperemos el procedimiento administrativo llegue a buen fin y así como la administración actual se decidió actuar, también resuelvan el tema de parquímetros antes de dejar la Presidencia Municipal además de iniciar, cuando menos, los pregonados proyectos de la Avenida Las Torres y el Parque “tipo Tangamanga”.

Yéndonos a la capital potosina, pues Jano Segovia logró echar abajo las pretensiones del Ejecutivo estatal de removerlo de la curul por llamarlo falto de gónadas. Punto para el Congreso, que reafirma su independencia del gobernador Carreras y lo pone en varias disyuntivas: las candidaturas de Diputados Locales de su partido en los próximos comicios tendrían que ser de personas que se dejen manipular fácilmente por el mandatario estatal, empero el descredito que arrastra tras casi dos años de gobierno es mucho; su incapacidad lo ha maniatado mientras personajes como Segovia ganaron mucho capital político no sólo a nivel regional, sino estatal e, incluso, nacional. Hay quien dice que sería un competitivo candidato a alcalde de Matehuala mientras que otros, dada su espontanea popularidad, lo perfilan para ser candidato a Diputado federal. Habrá que ver…

Para finalizar esta columna de viernes, cierre de semana en la que el pasado lunes festejamos el día del maestro (gracias a quienes me felicitaron y felicito a mis colegas, familiares y amigos que ejercen la docencia), me gustaría invocar al sociólogo polaco  Zygmunt Bauman, fallecido apenas en enero de este año. Bauman, prolífico hasta la avanzada edad de 91 años, escribió casi antes de morir el ensayo Retrotopía y el texto Síntomas en busca de objeto y nombre. En el primero, nos advierte que en la sociedad posmoderna actual, vemos como el santo grial del ser la búsqueda de la utopía en el pasado, el refugiarnos en los eventos anteriores para poder soportar la idea de un futuro cada vez más incierto.

Zygmunt Bauman

«El futuro es, en principio al menos, moldeable, pero el pasado es sólido, macizo e inapelablemente fijo. Sin embargo, en la práctica de la política de la memoria, futuro y pasado han intercambiado sus respectivas actitudes», señala. En el segundo texto, Bauman defiende que hemos regresado a la tribu, al seno materno, al mundo despiadado que describía Hobbes para justificar la necesidad del Leviatán (El Estado fuerte que evite la guerra de todos contra todos) y a la más flagrante desigualdad, en la que «el ‘otro’ es una amenaza y «la solidaridad se le antoja al ingenuo, al incrédulo, al insensato y al frívolo una especie de trampa traicionera». «El objetivo ya no es conseguir una sociedad mejor, pues mejorarla es una esperanza vana a todos los efectos, sino mejorar la propia posición individual dentro de esa sociedad tan esencial y definitivamente incorregible», lamenta.

En los dos textos póstumos, plantea un reto y una respuesta. El reto es «diseñar -por primera vez en la historia humana- una integración sin separación alguna a la que recurrir«. Hasta ahora, argumenta, lo que ha funcionado es la división entre ‘nosotros’ y ‘ellos’ y seguimos empeñados en buscar un ‘ellos’, «preferiblemente el extranjero de toda la vida, inconfundible e incurablemente hostil, siempre útil de cara a reforzar identidades, trazar fronteras y levantar muros«. Sin embargo, esta dicotomía histórica «no termina de encajar» con la «emergente ‘situación cosmopolita«.

¿Cuál es entonces la única respuesta posible? «La capacidad para dialogar», concluye Bauman tras citar de forma elogiosa al papa Francisco.

Bauman intenta dibujar un escenario para la palabra compartida porque sabe que ya no hay soluciones parciales a ninguno de los problemas de nuestro tiempo. Es la advertencia final del pensador polaco:

«Debemos prepararnos para un largo período que estará marcado por más preguntas que respuestas, y por más problemas que soluciones (…) Nos encontramos (más que nunca antes en la historia) en una situación de verdadera disyuntiva: o unimos nuestras manos o nos unimos a la comitiva fúnebre de nuestro propio entierro en una misma y colosal fosa común».

 

Por ahora sería todo, espero sus comentarios. ¡Hasta la próxima!

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