13 agosto, 2017

El cenit

Por: Raúl Axel Mayorga Molina *

México y Venezuela: adiós a la doctrina Estrada

En la semanas anteriores presenciamos cómo nuestro país echaba por la borda la casi octogenaria estrategia que siguió para relacionarse con las otras naciones del mundo. Esa política, de no intervención, autodeterminación de los pueblos y el no reconocimiento a los gobiernos, permitió que el país se mostrase neutral, pero ello tenía un doble propósito, que era algo así como “nosotros no nos metemos con ustedes, ustedes no se metan con nosotros”. Sin embargo, si desde los gobiernos de Fox y Calderón se descartaron varios de esos principios, en el gobierno de Peña Nieto ya la sepultaron para siempre.

Resulta morboso que la cancillería, a cargo del becario Luis Videgaray, encabece las acciones que los países latinoamericanos impulsan para castigar el régimen dictatorial de Nicolás Maduro, más aún que Hacienda esté analizando sumarse a las sanciones que Estados Unidos le ha impuesto a los gobernantes venezolanos. Como si aquí las cosas estuvieran mejor. Es innegable que Venezuela vive la peor crisis de su historia, pero el gobierno de México no tiene la capacidad moral para plantarle cara. Tampoco el de Trump, que ya ha dicho que no descarta emprender acciones contra ese país sudamericano.

Trump, Norcorea y los supremacistas

Mientras tanto, en el vecino país del norte, el 45° presidente, Donald Trump, ha subido el tono sobre las amenazas que Corea del Norte le ha planteado. Esto ha desatado, a nivel mundial, una ola de incertidumbre sobre el delicado juego de la geopolítica.

El mundo en este momento es como un tablero de ajedrez, donde ambos jugadores (occidente y Oriente, es decir Rusia y China) se han quedado tablas. Nadie saldrá ganando en caso de un conflicto y, al contrario, todos perderemos.

Y así, en tanto el señor Trump mueve sus piezas para entrampar más el juego, en el sur de su país los problemas del racismo afloran, pues este asunto jamás ha terminado (y posiblemente tampoco acabe pronto) pues esto de la división entre razas es algo tangible así como lo fue en la época en que estalló la guerra civil estadounidense.

Julión Álvarez, Rafael Márquez y la maleabilidad de la opinión pública

Estuvo en boca de todo mundo el escándalo de los supuestos nexos entre el narcotraficante Raúl Flores, alias “El Tío”, el futbolista Rafa Márquez y el cantante Julión Álvarez. Estos últimos han sido defenestrados y han caído del olimpo mexicano. A los ojos de muchos, son cómplices sin que autoridad judicial alguna haya siquiera iniciado una investigación al respecto para conocer en verdad los nexos entre estos personajes.

No hago apología de un posible acto ilícito, pero sí deseo señalar que es muy cómodo para los grandes medios y los gobiernos que cosas así ocurran. Que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos haya señalado esos vínculos ha sido usado, una y otra vez, para generar raitings y para que la gente enfoque su atención en cosas más banales. Al fin de cuentas, supongo que el escarmiento

a Álvarez y Márquez servirá para resolver todos los pendientes que vivimos día a día las y los mexicanos: la inseguridad, los empleos mal pagados, la corrupción, la impunidad, la opacidad, y un largo etcétera. ¿O me equivoco?

El futuro del PRI en 2018

Ha pasado. El Partido Revolucionario Institucional quitó uno de los candados que impedían que José Antonio Meade pudiera contender por la candidatura del tricolor para la Presidencia de la República.

Así, el secretario de Hacienda y el de Educación Pública, Aurelio Nuño, asumen posiciones para intentar arrebatarle el sitio al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, por cierto el priísta mejor posicionado en la opinión pública para contender por la Silla del Águila.

Empero, en las encuestas, por encima de Osorio y Margarita Zavala, Andrés Manuel López Obrador sigue detentando el primer lugar. Quién sabe, tal vez como dice el dicho, “la tercera es la vencida” y ahora sí el profeta de Macuspana, Tabasco, resulte electo.

En la época de la posverdad ya todo es posible, por lo visto…

Muchas gracias por leer y compartir esta columna. Espero sus comentarios, ¡hasta la próxima!

*Estudiante de Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM. Trabajador de la Educación. Activista, poeta y catlover.

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