Revolución sin caudillo.
23 noviembre, 2016

Columna: Samantha Torres

Foto: Yoscelyn Bustamante

 

Me encontré mientras viajaba

Viajar es uno de los placeres más grandes de la humanidad, voy a explicar el por qué,  muchos seres vivos se trasladan a lo largo de su vida de un lugar a otro, pero lo hacen atendiendo instintos básicos de supervivencia, llámense apareamiento, alimentación o migración natural y no es que el hombre no viaje en muchas ocasiones atendiendo los mismos instintos, pero solamente el ser humano viaja por placer, por la intriga de saber qué hay más allá de su lugar de origen, si todos los otros hombres son como en su tierra, si viven de la misma forma, si creen en algo más, y estas dudas universales que nos invaden a todos al menos una vez en la vida, es la que nos lleva a trasladarnos a lugares muchas veces desconocidos, a dejar esa mullida y conocida cama nuestra y aventurarnos a probar la ajena, y es así como el hombre viajero se alimenta de nuevas experiencias y crece un poco cada vez que sale a explorar el mundo.

Hoy he vuelto de un corto viaje a tierras norteñas, fue un viaje de tipo familiar y por motivos de una fiesta (este también es una clase de turismo aunque no lo crean) pero no fue si les soy sincera, la fiesta, lo que más va a perdurar en mi memoria, sino el paisaje que se mostró ante mis ojos y que vi cambiar poco a poco a través de la ventana de mi auto y sé también que esto no es un particular mío, que muchos otros son los que disfrutan o se percatan de cómo cambia nuestro clásico paisaje Altiplanense cuando nos movemos aunque sea un poco al norte o sur, pero en lo cual difiero con muchas personas, es que no desprecio jamás por más que comparo nuestra tierra con otra, el árido paisaje que nos caracteriza lo encuentro deslumbrante y complejo y por más bello que sea el cuadro de tierra lejanas ante ms ojos, no olvido nunca, que hay tanta vida en el bosque como en el desierto; pero me estoy desviando de tema, lo verdaderamente importante era comentar que hice este viaje memorable y que de él aprendí un poco, he regresado con nuevas ideas para aplicar a mi vida, porque yo, al igual que ustedes soy criatura del desierto y no solo me he adaptado a un clima difícil, sino a la vida difícil de este país y sé que el progreso solo se encuentra en el cambio de paradigmas, en el tomar conciencia de que hay miles de cosas más por saber en el mundo y que lo que vemos a diario no es lo único existente, saber esto nos brindará una visión más amplia de la vida, nos llevará a tener más y mejores ideas sobre cómo mejorar nuestro hogar y talvez con el tiempo y sin darnos cuenta, viviremos bajo todas aquellas mejores condiciones que vimos en un lugar lejano durante alguno de nuestros viajes.

Por eso los invito a que salgan de su zona de confort, de esa rutina que hacemos día a día, salgamos a conocer nuestro entorno, nuestros municipios aledaños, nuestras comunidades, viajemos y aprendamos, solo así valoraremos lo que ya poseemos y podremos inventar, crear o implementar lo que nos falta. La distancia o el tiempo de un viaje no es lo más importante, sino lo que aprendas de esa travesía.

Viajar es otra manera de conocernos.

 

¿Quien es Samantha Torres?

Pedir que hable de mí es pedir que hable sobre lo que me apasiona y existen tantas cosas que lo hacen que al final termino siendo un conglomerado de temas, hobbies y manías enorme, una colección que no llega a collage. Me llamo Samantha Torres y soy licenciada en Turismo Sustentable por la UASLP-ZH, mi interés sobre la ecología y el desarrollo de las comunidades y pueblos es lo que me motivó a estudiar esa carrera, sin embargo, no es lo único que me define, soy una persona que hace crítica a manera de ejercicio no solo intelectual sino también moral, creo firmemente que la curiosidad y el cuestionar el mundo que nos rodea, nos llevará a entenderlo mejor y cambiarlo.

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