Green Book la mejor peor película del año.
Por Adrian Martinez Nava
La entrega de premios Oscar 91º, tomo lugar este pasado domingo 24 de febrero y la gente ha tenido mucho de que hablar desde entonces hasta ahora. Y lo concedo, no han transcurrido muchos días, pero la decisión de premiar a Green Book como mejor película, es controversial por decir lo mínimo.
Los Oscar, por creencia popular, premian a las películas más relevantes del año por su calidad artística, y al mismo tiempo, demostrar que el mundo del cine, principalmente Hollywood, es un oasis incluyente y con buenas intenciones; aún que a veces esas alturas de calidad moral los lleve a tomar malas decisiones en la premiación. Y sí, estoy hablando de la infame entrega 78º de los Oscares.
2006 fue un excelente año para películas dramáticas con temáticas más maduras, además de gran sensibilidad artística. Y con respecto a los nominados, parecía haber sólo una respuesta incorrecta. Crash.
Crash venció a Brokeback Mountain, Capote, Good Night, and Good Luck y Munich, a pesar de no haber ganado ningún premio en alguna categoría similar en otras entregas, incluyendo los Golden Globes.
Varias lecciones se aprendieron esa noche: Una, campañas agresivas de For Your Consideration son efectivas sin importar el mérito del trabajo cinematográfico en cuestión; y dos, el tema del racismo que inserta la raíz del problema en individuos imperfectos, en lugar de en injusticias establecidas por estructuras sistemáticas a través de la historia, es una formula segura de adquirir un Oscar.
Lo que nos lleva directamente a la problemática que presenta Green Book como recipiente de este galardón.
Cuando anunciaron al ganador de la categoría “mejor película”, no había visto Green Book, y no le tomé importancia, era otra película a la que premiaron en nombre de la inclusividad hollywoodense, habiendo otros candidatos más fuertes en la carrera. Así como Crash en 2006, sólo había una respuesta errónea. Pero “todos son prejuicios míos”, pensé. Y me dispuse a ver la película días después.
Antes de sentarme a verla, decidí investigar un poco sobre el contexto de la película, y resulta que usa el nombre del libro The Negro Motorist Green Book, escrito por Victor Hugo Green. El cual es considerado una guía para toda persona negra que sus viajes, durante la época “Jim Crow”, los llevaran a atravesar rutas peligrosas donde crímenes raciales eran cosa de todos los días.
Esta película no es sobre “El” Green Book. el libro aparece físicamente durante dos o tal vez tres escenas, para justificar el uso del nombre como título de la misma.
Green Book en realidad es una dramatización sobre la amistad floreciente entre Don Shirley – un talentoso músico y pianista de ascendencia jamaiquina – y Tony Vallelonga, un cadenero de un club nocturno en Nueva York, de ascendencia américo-italiana, a quien contrata Shirley como guardaespaldas durante su gira por el gran y peligroso sur de los Estados Unidos.
Después de verla, decidí leer algunas criticas e informarme al respecto. En general, la mayoría habla de la problemática que presenta este tipo de narración en la sociedad actual. Un filme que centraliza y prioriza a un personaje blanco en una historia sobre gente negra. Un salvador caucásico.
No puedo negar que el filme es problemático, suavizando constantemente los horrores que vivía el pueblo afroamericano durante la época “Jim Crow” en los Estados Unidos y lo terrible que era para ese sector de la población viajar por, o estaba obligado a vivir en medio de esta fuerte cultura de racismo. La película se rehúsa a poner a Mahershala Ali, quien hace un gran papel como Don Shirley, en una situación donde se obligue al espectador a confrontar las atrocidades del racismo en esta época, que incluso suceden hasta hoy en día.
Los peligros potenciales a los que se están arriesgando nuestros protagonistas nunca son abordados. Como espectadores, sólo vemos a Shirley sentado en la comodidad del asiento trasero absorbiendo el paisaje, mientras su guardaespaldas, Vallelonga – Interpretado por Vigo Mortensen – maneja por los pueblos donde seguramente, cuerpos de gente negra colgaban de los árboles o los abandonaban a la mitad de la carretera. Esta falta de disposición a mostrar la cruda realidad que se vivía en Estados Unidos, demerita la importancia temática del libro del cual se supone la película toma su inspiración además de su título.
Por el contrario, la película se dedica a dosificar el racismo a sus espectadores al punto que se siente desconectada del mismo tema que está tratando de abordar.
Escenas pierden gravitas debido a que los personajes con los que los protagonistas llegan a interactuar saben que “el racismo no está bien”, pero el sistema los obliga a serlo. La escena donde esto es increíblemente obvio, es en la cual, Vallelonga y Shirley entran a una tienda de trajes en Georgia. Vallelonga pide que le proporcionen un traje porque piensa se le vería bien a su amigo, el encargado creyendo que es para el hombre “sin color” se lo proporciona de la manera más educada y amable. Pero en el momento en que entiende que el traje es para la persona “de color”, su semblante cambia, llena de vergüenza y miedo. La película se sale de su camino para mostrar a esta persona arrepentida por promover y ser cómplice de actos racistas. Sin embargo, aún sabiendo que está mal, le comunica a Shirley que no le es permitido usar los probadores del local, pero él de buen corazón le aconseja que lo compre y lo mande alterar después.
Las muestras de racismo que la película exhibe, están diluidas en agua comparadas con los actos violentos que la raza negra vivía en 1962, e incluso con actos a los que están sujetos hoy en día. Estamos hablando de un país donde el presidente actual promueve la supremacía blanca al hacerse de la vista gorda ante actos de violencia incitados por la raza aria. Y aún así, está película toma al racismo como una pequeña mancha en el gran lienzo que es la historia negra, lo cual resulta insultante.
¿A dónde voy con todo esto que estoy mencionando? – Se preguntarán-. Pues a que la película sí, es problemática, en un mundo donde la discriminación aún existe de manera muy marcada, incluso aquí en México. En México tenemos la costumbre de decir que aquí no existe el racismo, que todo es “carrilla” o “el que se lleva se aguanta”; y, aun así, a pesar de nuestra picardía tan mexicana, se están produciendo películas como Roma, que buscan mostrar un tipo de racismo, exclusión y sexismo que existen en México. Roma también se podría considerar problemática en su propio contexto, pero Roma no ganó mejor película y no va a adquirir el nivel de exposición que Green Book tendrá gracias a que ganó esta categoría.
Pero debó admitir que Green Book es una buena película con méritos propios. Sí, Green Book no es Crash. Es graciosa donde debe serlo, emocional en los lugares correctos, y aunque si borra muchos de los problemas y horrores del racismo que existían en esa época, es un punto de inicio, es una plataforma, para personas que aún necesitan entender la cruel realidad que muchas personas viven.
El guion original fue escrito por Nick Vallelonga, hijo de Tony, quien creció escuchando historias maravillosas sobre el viaje que su padre y Shirley vivieron durante esa gira. Nick y el director del filme Peter Farrelly tomaron la decisión de abordar la trama desde el punto de vista de un hombre blanco, y es entendible, es la única perspectiva que se les entrego. Eso no excusa la falta de contenido real respecto al racismo, pero te ayuda a entender la película y el contexto de su creación un poco mejor.
Con todo eso dicho, aún creo que vale la pena darle una checada. Si, es ofensiva e ignorante aquí y allá, pero es una agradable comedia sobre la amistad, a la Locuras del Emperador, que te hará sentir bien de principio a fin.
Su intención no es eliminar el racismo, no es despertar y abrir abruptamente los ojos de la mayoría de la población. Su intención es hacerte sentir bien, y como un trabajo cinematográfico cumple su cometido. Verla por las actuaciones, por la fotografía también es válido, pero siempre hay que ser crítico de todo material de entretenimiento mediático que recibimos.
Don Shirley murió en 2013, en un mundo donde aún se le considera por de bajo de muchas otras personas. Un mundo donde la discriminación se ha vuelto más inteligente. Y hay que tener en cuenta esa perspectiva mientras se ve la ganadora a mejor película, Green Book.