Los empresarios y el nuevo Consejo anti protestas
12 noviembre, 2021

Abelardo Medellín Pérez.

Para conocer las intenciones de quienes nos gobiernan, basta con ver a quienes apoyan y con quienes se ensañan; pero estas filias y fobias a veces pueden pasar desapercibidas debajo de los discursos, los regaños en plaza pública y las nostalgias sociales.

Hasta hace 48 horas, todos podíamos convenir y acordar que nuestro gobernador, Ricardo Gallardo Cardona, era un político de izquierda, cercano a la gente y que lejos había quedado ese San Luis Potosí donde imperaban los intereses de unos pocos y la élite empresarial avasallaba con lo necesario para cumplir su voluntad.

Eso hasta hace 48 horas, cuando el gobernador apareció entregando apoyos sociales y despensas a los más necesitado; pero luego, la noche de ayer miércoles, nos enteramos que fue instalado en Consejo Ciudadano por la Seguridad en San Luis Potosí.

Este organismo, está formado por los integrantes del gabinete de seguridad y también por 12 representantes de organismos empresariales, que se encargarían de valorar, seleccionar y mandatar las acciones que se realicen con fines de “conservar la paz”.

Muy bonito, una idea vanguardista y bien intencionada… pero como muchas de las políticas públicas que hemos visto desde hace 3 años, la idea de este Consejo peca de ser contradictoria por sus formas e intenciones.

Luego de la instalación del Consejo, Gallardo fue entrevistado sobre las labores de este nuevo organismo “ciudadano” y afirmó:

“Es un consejo que tomará decisiones importantes, como lo es la liberación de calles de tomas de protestas […] no vamos a dejar que una persona desquicie la ciudad y que miles de potosinos lleguen tarde al trabajo, que se pierdan empleos, que perdamos dinero en San Luis Potosí, porque unos cuantos están buscando sus propósitos personales”.

En conclusión, simple: el nuevo Consejo Ciudadano servirá como brazo formal de la administración para limpiar, remover o desintegrar esas manifestaciones o protestas que interfieran con los intereses del gobierno o de los empresarios.

¿Por qué solo del gobierno y los empresarios?, ¿por qué no también de las personas de a pie, qué no es ciudadano?, Pues en el nombre eso dice, pero, una vez más, si miramos quiénes lo integran no vemos “ciudadanos” y ya. No, vemos a empresarios y al gobierno representado con fuerza por las agencias de seguridad.

El consejo no tiene entre sus filas a defensores de derechos humanos, no tiene a periodistas, no tiene a cronistas, ni siquiera pensaron en integrar abogados o más representantes de la sociedad civil. No, con que estuviera ahí presente en la instalación un diputado del Partido Verde, con eso debía bastar. Felicidades, estás representado.

Gallardo Cardona comete el pecado obradorista por excelencia: ser de izquierda en lo social, pero conservador en lo político.

La controversia no nos afecta directamente, pero las soluciones que ofrece tampoco nos tocan. Si el consejo solo está integrado por empresarios y el gobernador (qué también tiene alma empresarial) los intereses por los que velara serán los intereses de estos sectores.

Si mañana (toco madera y les invito a que lo hagan) una víctima de cualquier delito decidiera armar un plantón y bloquear Avenida Carranza en la capital potosina, la gente de “primera”, los empresarios, podrían argumentar sollozando: “¡es que su manifestación provoca el desorden, viola la paz y bloquea mi negocio, afectando la economía!”, y así, como si la economía fuera más importante que las peticiones de la gente, este Consejo podría avalar una intervención (roguemos porque no sea así) violenta con el único fin de remover la “estorbosa” manifestación.

¿Por qué los empresarios deben tener la capacidad y venia de decidir sobre qué conflictos se atienden y cómo se atienden?, no me mal intérpretes, amigo emprendedor, claro que es importante que la calle esté libre para que las familias se puedan estacionar, comprar tus productos y continuar rindiendo tributo al consumo; pero, ¿son los empresarios TODAS LAS VOCES que pueden opinar sobre la seguridad pública?, ¿O el gobernador solo les está dando

un garrote para que limpien avenidas si un mal día las víctimas del sistema buscan desesperadamente ser escuchadas?, ¿está saldando algún favor futuro o pasado?

Hoy no hay respuesta clara a estas interrogantes, lamentablemente, tendremos que esperar a que surja la primera manifestación para ver a qué intereses sirve este Consejo y con qué instrumentos y dureza servirá a ellos.

Con tristeza vemos que a nuestra modernidad, regresan esos tiempos en que los dueños del poder político y económico se declaran amos de la “cosa pública” y anuncian paternalmente que pueden decidir sobre la vida de todos nosotros; ojalá que no se equivoquen y piensen ingenuamente que esos intereses son más relevantes que las demandas del pueblo, pueblo que los sostiene ahí donde están, porque el pueblo que se levanta no pide permiso para reclamar lo suyo, ni tampoco pide perdón, o como dijo Marcos Ana:

“Yo no pido con un hilo de voz descolorida perdón para la vida que me deben”.

Nos leemos pronto.

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