5 junio, 2018

EL CENIT

Por: Raúl Axel Mayorga Molina

 

En esta ocasión, traigo surtido rico para comentar en este espacio. ¡Acompáñeme!

 

Dichos de un pasquín

La semana pasada, en la columna Razonando del periódico La Razón, se acusó al director general de este medio de favorecer en la encuesta de Arco Informativo al abanderado priísta a la Presidencia Municipal, Nicolás Rueda, en virtud de que entre ambos hay un vínculo familiar. Sin embargo, olvidan (adrede) los redactores de La Razón que entre su directora, Cinthia Segovia, y el candidato del Verde, Jano Segovia, también existe un vínculo, pues ambos personajes son sobrina y tío respectivamente. Eso sí no lo sacan a relucir, ¿por qué será? Y en cambio, bajo el amparo del anonimato de una columna que nadie ahí tiene las agallas de firmar como suya, apuntan con el dedo cuando otros cuatro los apuntan a ellos.

Es de mal gusto que avienten la piedra cuando pecan de lo mismo; en todo caso, el hecho de tener un familiar en la política (¡que lo sabré yo!) no significa un respaldo total a su agenda. De nueva cuenta, fallan los escribidores del pasquín, digo, de dicho diario y en lugar de periodismo de altura nos entregan, como de costumbre, una historia que parece chisme de lavadero.

 

El efecto López Obrador

Quedan menos de treinta días para el fin de todas las campañas electorales (¡al fin!) y a los candidatos de la coalición Morena-PT-PES les está yendo bastante bien. Esto se debe, como dije en alguna columna anterior, al efecto López Obrador.

El hecho de que él sea el candidato puntero ayuda a los demás abanderados de Juntos Haremos Historia a Ayuntamientos, diputaciones locales y federales y senadurías. Considero que Chelito Carmona y Ariel Chávez tienen muy altas probabilidades de ganar las curules en el Congreso local y en San Lázaro. Bien por Chelito, aunque nos quedó a deber un poco en su papel como regidora y también por Ariel que, aunque no se le hizo ser candidato a alcalde, bien puede llegar a ser diputado. Igual y en 2021 se vuelve a lanzar… ¿será?

 

Zozobra, fobias y apocalipsis

En muchos medios, incluido este, han aparecido largos artículos relatándonos escenarios que pueden cumplirse de llegar El Peje a la Presidencia de la República. Todos toman la misma ruta: que será un tirano, que habrá represión, que la economía colapsará y que el señor se reelegirá, etcétera.

Me parece que estos escritos dan cuenta de la zozobra que vive una parte de la población ante un eventual cambio de gobierno, no de manos del PRI ni del PAN, sino de Morena, partido político que tiene apenas cuatro años de existencia y en las encuestas está arrasando en casi todos los puestos de elección popular. Empero, ¿para qué adelantarnos a los hechos? AMLO aún no gana y aunque esté tantos puntos arriba, todo puede pasar en tres semanas y media. Empero, es llamativo que mucha gente ya lo da como ganador de estos comicios. Por lo mismo es muy justo preguntarnos qué vendrá en un gobierno suyo, aunque haya personas a las que sus filias y compromisos les ganan y esbozan que el fin de México como lo conocemos ya viene.

Yo prefiero no adelantarme y predecir el apocalipsis comunista. Creo que primero las elecciones deben ocurrir y después ya veremos. En verdad, mucha gente le dará el privilegio de la duda al proyecto del morenista y no los debemos culpar, pues estos últimos 18 años no han pintado igual de bien para todos los estratos de la sociedad mexicana. Personalmente, no considero que estemos a las puertas de una reedición del moribundo socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez.

 

¿Jano es populista?

Un amigo priísta me decía que creía que Alejandro Segovia era populista. ¡Caray, no lo había pensado antes! ¡En serio!

Y pues sí, tiene muy alta popularidad (lo demuestran las encuestas) y se ha caracterizado de donar recursos, amén de todo lo que él y su equipo están entregando para convencer a las personas de votar por él. ¿Que si esto es correcto? Legalmente hay muchas lagunas y moralmente, pues eso depende de cada uno. Yo opino, por mi parte, que Jano es un poco demagógico, más también eso es lo que pide la gente.

¿Recuerdan ese dicho de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece? Bueno, ahí lo tienen.

 

PRIDE

Empezó junio y muchas dependencias, organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas y personajes actualizaron sus logos e imágenes en redes sociales para incluir la bandera arcoíris que representa a las personas LGBTQ+ (lésbico, gay, bisexual, transexual, queer, transgénero, intersexual), pues junio es el Mes del Orgullo (Pride, en inglés). ¿Orgullo? ¿De qué? ¿De que sean unos maricones, volteados, pervertidos, violadores? No, para nada y quitémonos esas ideas discriminadoras de encima.

El Orgullo es aceptar el tener una orientación distinta o el que la identidad de género no corresponde con los moldes sociales. Que a lo mejor se nació en el cuerpo equivocado (que se le conoce como disforia) o que lo que se asume del sexo opuesto le va bien a uno. El Orgullo es celebrar el cambio social que permite ver al otro como una persona más y no fijarnos primero en a quien ama o con quien se acuesta.

Ciertamente, para la gente LGBTQ+ el camino por recorrer aún es largo y sinuoso y los retos de la igualdad, la no discriminación y la inclusión son muchos.

En una sociedad como la mexicana, donde impera la imagen de los rígidos roles de género, ser LGBTQ+ es una lucha para toda la vida. Pensemos que, si en ciudades progresistas como la Ciudad de México todavía ocurren ataques y actos de discriminación, homicidios y feminicidios por la orientación sexual y la identidad sexo genérica, en provincia las cosas son más difíciles. Ya no hay delito que perseguir, pero la sociedad y su moralina condenan por ser diferentes.

Por suerte, las cosas van cambiando, lento pero seguro. El motor de la historia nos lleva a que las condiciones de vida mejoren para los que, a través de los años, se han tenido que ocultar del ojo inquisidor de la mayoría. Todo parece indicar que, como reza el nombre de una famosa campaña global, «It gets better» (mejorará).

 

Gracias por leer y compartir. ¡Hasta la próxima!

 

Raúl Axel Mayorga Molina (San Luis Potosí, S.L.P., 1990) es estudiante de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México en la modalidad a distancia.

 

 

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición oficial de este medio.

Últimas notas