Ni un ciclista más
Por Yoscelyn Bustamante A
En los últimos cinco años en México han muerto mil 636 ciclistas por accidentes viales, nueve de cada 10 fueron hombres, según la Comisión Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra), en su estudio de movilidad señaló que de esa cifra el 28.3 por ciento fueron adultos mayores de 60 años.
Treinta y siete mil 121 bicicletas estuvieron en accidentes vehiculares y hubo 14 mil 274 heridos graves de bicicleta. Pero no solo eso, 7 de cada 10 heridos son niños y adolescentes que permanecen entre uno y tres días en el hospital. El 35.8 por ciento de las lesiones son en brazos, 24.8 en la cabeza y 22.7 en piernas.
Números estrujantes, la estadística fría que no explica lo que es ser ciclista en un país como México y en un Estado como San Luis Potosí. Estadísticas que no reflejan la batalla diaria de quien practica este deporte, que no refleja estar en medio de la turbulencia que te genera un camión de doble remolque, que no refleja la impotencia de sentirse tan frágil ante moles de acero que nos pasan a escasos centímetros.
Ayer no solo murió un ciclista, murió un hermano, un hijo, un maestro. Una persona caída en el asfalto desde dos ruedas tiene tanto significado para muchos en esta vida. Al ciclista que sale a entrenar y hacer lo que más ama, siempre, lea bien, siempre, alguien lo está esperando en algún lugar del mundo. Ni un ciclista más es la frase que todos usamos al momento de levantar una bici blanca para despedirnos de aquel compañero fallecido en la carretera.
Gerardo Hernández fue arrollado en un cruce por una camioneta en Rio Verde en el momento que entrenaba a jóvenes para su olimpiada nacional, perdió la vida justo al momento en que él, la daba en cada pedaleo junto su equipo, porque pedalear es otra forma de vivir y no solo de vivir sino de probar una de las mejores vidas: La de un ciclista.
Ni un ciclista más, cuanto quisiéramos que eso se cumpliera, pero en este Estado sabemos que es poco probable que suceda.
Propongo que a cada conductor para expedir su licencia de manejo, también se le exija cumplir con una ruta en bici para sensibilizarlo antes de tomar un volante y así dejar tacharnos de exagerados a los que nos inconformamos cuando se nos acercan demasiado en la carretera. Para que se ponga en nuestras zapatillas. Propongo la creación de una infraestructura adecuada y segura para el entrenamiento de este deporte en todas las cabeceras municipales.
Pero sobretodo concienticemos a aquel que no es ciclista a respetar los 1.5 m de vida entre el auto y el ciclista. Ese simple hecho salvaría muchas vidas.
Mi sentido pésame a la familia de Gerardo, espero encuentren la fortaleza y la resignación para esta enorme perdida. Fue un honor rodar a tu lado Gerardo.