¿Como me quiero más?
8 marzo, 2018

¿Como me quiero más?

Por Maria Teresa Leyva Nava

 

A lo largo de mi experiencia como psicóloga, algo recurrente en las personas es que nadie tiene una autoestima totalmente sana, generalmente, cuando somos bebés, éramos perfectos, pedíamos lo que queríamos, estábamos conectados con nuestras necesidades y sentimientos y obvio, nos aceptábamos incondicionalmente, al punto de que nuestro cuerpo despertaba curiosidad y esto lo hacíamos sin ninguna crítica. Cuando el tiempo pasa, estamos un poco más grandes empezamos a “introyectar” o dicho de otra manera, la parte social o familiar o de nuestros padres nos describe como somos, cual es la visión exterior o de los demás de ti mismo, esto es una herramienta muy útil cuando nos dicen cosas buenas, como que somos responsables, alegres o que valemos mucho, pero también si se ha utilizado de manera negativa, existen desestabilizadores del amor propio, como consecuencia se produce una grieta, que muchos pueden llamar miedo o inseguridad, o algunos otros dirán “no sé como aceptarme, menos quererme, ¿por dónde empiezo…?”

Según las cosas negativas que nos dijeron en la infancia, en esa medida serán las debilidades del amor propio, pero cuando somos niños es muy probable que no podamos cambiar algunas de nuestras condiciones como son los padres, la familia o la escuela, incluso la cultura, pero cuando somos adultos y crecemos, tenemos no solo la posibilidad, sino también la responsabilidad de arreglar asuntos inconclusos de nuestra vida, miedo, inseguridad, falta de autoestima, necesidades, potenciar nuestros recursos, estas son todas herramientas y derechos de la vida adulta.

Las creencias que siempre hemos tenido forman algo parecido a nuestro “software” interno, con esas creencias funcionamos y reaccionamos, el problema resulta cuando hay creencias añejas que ya no nos sirven o que además nos dan problemas, suelen ser tan variadas y en muchos sentidos, pero generalmente van direccionadas a decirnos cuanto merecemos.

“Las mujeres no saben manejar”, “siempre pierdo el dinero”, “no nací para amar” (hasta con canción), “La vida es muy difícil”, “Si yo fuera más bonita-educada-con mejor cuerpo, etc. mi vida sería más fácil” “Quien se va a fijar en mi si soy demasiado chaparrita, alta, morena, rubia, ponga el adjetivo que usted crea…. El punto al que llegamos después de revisar estas creencias es que no merecemos amor, cuidados, cariño, respeto, amistad, etc.  porque tenemos defectos.

Por lo tanto, es muy importante revisar estas creencias regularmente a manera de actualizar la información con la que actuamos, esto es tomando tiempo para revisión, haciendo preguntas claves, ¿Que pienso sobre el dinero? ¿Cuánto es el dinero que creo merecer ganar? ¿Cuál es el trato que creo merecer? ¿Cuáles son las cosas que hago por amor a mí, para cuidarme? Puedo descubrir que, por ejemplo, no realizo ejercicio, como cosas que me enferman o soy tacaño con mi propio cuidado, respondiendo esto, harás ejercicios para reconocer tus creencias.

Después te tocará aceptar que eres lo que eres, que no se puede cambiar, pero que con lo que tienes, si trabajas en ti, vas a ampliar tus posibilidades en todos los sentidos, por ejemplo, si siempre has querido ser buen orador, pues inscríbete con un profesional y aprende, mejórate, utiliza esa energía en ti, la orientarás positivamente hacia un objetivo.

El agradecimiento es muy importante cuando se trata de sentirte más feliz, es parte fundamental de valorar lo que tienes, más que criticarlo, estoy segura de que, por ejemplo, hay alguna parte de tu cuerpo que no te gusta, pero si no la tuvieras, la querrías de regreso ¡No importando como este!

No te compares, disfruta lo que tienes, ten conexiones profundas con personas, cuídate, respétate, habla contigo de manera amable, compréndete, date permiso de fallar, potencializa lo que eres, acéptate, recuerda que no hay nadie como tú…

 

 

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