María Elena Yrízar Arias
El vocero del Arzobispado, Juan Jesús Priego Rivera, declaró a la periodista Aimee Torres que la separación de Enrique Flores Flores del Congreso local es positiva, ya que no es conveniente que esté allí, porque no puede ser juez y parte, mientras se lleva a cabo el proceso de investigación en el Congreso, “más vale que él se encuentre separado de su tarea legislativa (…) y debe cuidar su vida, en el sentido de que hubo mucha indignación, más vale que no aparezca en estos momentos. Además, considero que los legisladores también debieron prever que todo aquel funcionario que sea sometido a investigación debe separarse de su cargo, porque entonces podría ser que llevara agua a su molino”, se lee en el link http://pulsoslp.com.mx/2017/08/02/mas-vale-que-no-aparezca-en-estos-momentos-dice-priego-sobre-enrique-flores/
Lo anterior tiene que ver con el hecho de que el lunes 31 de julio Enrique Flores anunció el regreso a sus funciones de diputado local, posiblemente pensando que la ciudadanía inconforme ya había olvidado el escándalo que descubrió por viva voz del mismo legislador, de la forma y los términos en que operaba la corrupción dentro del Congreso y en la Auditoría Superior del Estado, pero a lo mejor ingenuamente se prestó a hacer una táctica perversa de esas que se les ocurren a algunos líderes políticos, con el objetivo de tantear las reacciones de los potosinos, o bien pudo haber sido que su líder y amigo Manuel Barrera Guillén lo exhortara a regresar, como una estrategia de distracción para que ya no lo siguieran fastidiando –a Barrera– con el tema de que debe pedir licencia para ser investigado como sus otros compañeros, o bien para repartirse las mentadas de madre que le lanzan en las sesiones del Congreso.
O podría ser el caso de que ingenuamente Enrique Flores pensó que como ya se había votado el asunto del fuero y la Procuraduría de Justicia del Estado había estado muy pasiva, pues era el momento de retornar investido de cinismo e impunidad, siendo que había sido ventaneado como el diputado más corrupto de la nación por medios de comunicación nacionales e internacionales.
Como reacción a lo anterior, la Procuraduría General de Justicia del Estado anunció que solicitaría el desafuero porque luego de la declaración de diversos alcaldes, se podría comprobar la comisión de un delito por parte de Flores Flores.
Tan pronto como pudo, Flores Flores reculó en su intención de regresar a la curul tras una serie de manifestaciones de rechazo de representantes empresariales y de distintas organizaciones de la sociedad civil, además de opiniones de diputados en el sentido de que con su regreso afectaba la imagen del Congreso del Estado. Véase el link: http://bit.ly/2uWUYcF.
Sobre este asunto, el priísta Isaac Berrones, ex dirigente de Democracia 2000, dijo que como militante del PRI “no estoy de acuerdo de utilizar el chantaje político para encubrir la corrupción, el precio es alto, porque poner la cabeza del corrupto Barrera, significaría el rompimiento de la alianza histórica en la entidad con el PVEM, yo creo que el PRI debería de afrontar el riesgo y hacerlo”.
Según el periodista Jaime Nava, de La Jornada San Luis, una nueva crisis de gobernabilidad se avecina en el Congreso local. Contra la desfachatez de los diputados, las alternativas son: organización, protestas y repudio de la ciudadanía. Si se intensifican las manifestaciones a tal grado que se dificulte o impida el ejercicio de las funciones del Poder Legislativo, se abriría la puerta para pedir al Senado la desaparición de poderes. Opción es. http://lajornadasanluis.com.mx/destacada/flores-flores-vivir-la-farsa/
El asunto aquí es que cada día se complican más las cosas al interior del Congreso, por la inconformidad ciudadana, y que opiniones como las que ya he hecho referencia, más la que diera el portavoz de la Arquidiócesis potosina, sobre que todo aquel funcionario que sea sometido a investigación debe separarse de su cargo, hacen alusión a Barrera Guillén, quien no quiere dejar a ningún costo la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso local, aunque la opinión de la Iglesia es que se retire. Opinión con la que coincide la mayoría de los ciudadanos potosinos.
Lo que debemos reconocer es que es necesario ponerle un alto a estos desmanes. Pero, hay que aclarar que Barrera es socio de negocios y política de algunos distinguidos políticos priístas, como dicen quienes saben. Por su parte, Teófilo Torres Corzo está amarrando algunos cabos sobre este asunto, en su calidad de senador de la República, para no ser omiso de su responsabilidad de intervenir en esta problemática que atañe a sus funciones, porque debe estar atento al desarrollo del declive del Congreso, que cada día está peor. Y de continuar así, podría llegarse al caso de que Torres Corzo y Octavio Pedroza Gaitán tengan que inmiscuirse, aunque en el fondo, el primero como priísta y socio del PVEM, encabezado por Manuel Barrera Guillén, tenga que proceder en su contra, porque eso favorecería al PRI. Sería una estrategia muy inteligente y rentable políticamente. Lo contrario se interpretaría como que la permanencia de Barrera Guillén en el Congreso potosino es sinónimo de tolerancia a la corrupción, o bien, que siga siendo respaldado por priístas del más alto nivel, con quienes comparte ciertos intereses. Lo que rechazamos tajantemente los potosinos, porque ya no queremos que continúe el juego perverso en el Congreso.
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