Nos honra presentar la primera parte de la colaboración de la Sra. Lupita Ávila, donde nos comparte sus experiencias; a inicio de los Ochenta donde nos explica cómo se iniciaron los movimientos estudiantiles en Matehuala, no debemos olvidar nuestros orígenes, invitamos a los estudiantes preparatorianos y de nivel superior a que conozcan más de su historia de la mano quien vivió estos suceso en carne propia.
DE SACERDOTES…. JÓVENES REBELDES Y MOVIMIENTOS ESTUDIANTILES
AUTOR: LUPITA ÁVILA
La historia inicia a mediados de la década de los 70s, cuando llego a Matehuala, El Pbro. Aurelio Ruiz Navarro, un joven sacerdote egresado del Seminario Mayor de la ciudad de San Luis Potosí. Su complexión delgada, le hacía parecer más joven de sus treinta años, solía vestir camisas a cuadros y jeans desgastados. Un hombre harto sencillo y carismático, de trato amable y conducta afable. Un sacerdote que ejerció su vocación con y para los pobres. Y como uno más de ellos también vivió.
Alguna vez nos relató, que durante su carrera como seminarista, dejo el seminario un par de veces, debido a problemas de conducta, o por estar en desacuerdo con sus mentores. Y siguiendo sus inquietudes, se fue como catequista a algunas de las más apartadas y pobres comunidades de Oaxaca y Chiapas, donde conoció a Don Samuel Ruiz, Obispo de San Cristóbal de las Casas, Principal defensor de los derechos de los pueblos indígenas en México e impulsor de la entonces nueva corriente de la Teología de la Liberación, ampliamente difundida por los Obispos latinoamericanos, en los años 60s. A esta corriente ideológica perteneció y participó activamente el actual Pontífice de la Iglesia Católica, Francisco I, quien al asumir el Papado, declaro dedicarlo a los pobres, de ahí el nombre de Francisco I.
La Teología de la Liberación tuvo un gran impacto social en Sudamérica, y también en la lucha por la erradicación del racismo en Estados Unidos, a tal grado que desató la Guerra Sucia, en contra de los sacerdotes que se dedicaron de lleno a la Defensa de los Derechos de los Oprimidos. El Padre Aurelio nos explicaba que en su concepto más simple, La Teología de la Liberación defiende la premisa de la Justicia social para los pobres, porque los derechos de los pobres son derechos de Dios. Y que ser cristiano, es ser Jesucristo en cualquier lugar.
Tras instalarse como vicario en la Iglesia de Dolores, el Padre Aurelio inicia entre los jóvenes fieles de su parroquia un grupo de catequesis, llamado Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana, siguiendo el modelo de trabajo de los sacerdotes sudamericanos. El objetivo era involucrar activamente a los jóvenes, tanto en el trabajo religioso, como despertar su conciencia social a favor de las causas comunes. La dinámica de grupo, era participar en un Retiro Espiritual de tres días, donde los jóvenes conocían los conceptos de la doctrina de Cristo, creaban fuertes lazos de amistad y compromiso entre ellos mismos y con sus semejantes y se veían motivados a desarrollar sus aptitudes académicas, deportivas, artísticas y sociales.
Cada mes, llegaban nuevos participantes a las Jornadas de Vida Cristiana, provenientes de distintos puntos de la ciudad, y distintos niveles socio-económicos. Además de trabajar en la evangelización de comunidades muy pobres y apartadas del Municipio, llevando muchas veces ayuda en especie que los propios miembros del grupo reunían, El Padre Aurelio, también realizaba reuniones tres veces a la semana en un salón de pláticas contiguo a la Capilla donde estaba encargado. En estas reuniones los que tenían un poco más de inquietud social, sostenían apasionados debates de la situación real del Municipio y de la necesidad de cambios radicales. Matehuala era entonces apenas una ciudad pequeña, toda la gente parecía conocerse entre sí, y nos gobernaban los típicos políticos e instituciones de pueblo. Toda clase de injusticias, arbitrariedades y abusos ocurrían, sin que nadie dijera nada. Las autoridades empezaron a alarmarse cuando el Padre Aurelio empezó a confrontarse con ellas, por situaciones en las que él tuvo que salir en defensa de sus fieles.
Cierta ocasión, a la salida de una de las reuniones de Jornadistas, como a las 11 de la noche, una patrulla de municipales se detuvo frente a la Iglesia, llevaban la consigna de fastidiarlos, sin motivo, catearon a algunos de los muchachos y los subieron a la patrulla, pero al darse cuenta los demás, salieron y entre discusión y jaloneos lograron bajar a los compañeros de la patrulla. Los municipales se fueron, pero a los 5 minutos regresaron, haciendo disparos al aire para amedrentar. El Padre Aurelio y los jornadistas, se encerraron en el atrio de la casa contigua a la iglesia, desde donde como pudieron les lanzaron envases, piedras y palos a los policías, causando daños a dos unidades. Y quienes creen que fueron los malos??? Los jornadistas, por supuesto. El Padre Aurelio fue llamado ante sus superiores a dar cuenta de los hechos y a recibir un llamado de atención. En ese momento quedo demostrado que El, haría cualquier cosa en defensa de sus » muchachitos » como solía llamarlos. Creo que es cuestión de Justicia, que hoy reconozcamos la gran influencia que el Padre Aurelio Ruiz Navarro, tuvo en la juventud Matehualense entre los años de 1977 a 1985. Jamás indujo, o incito a disturbios, pero por cuestiones de inercia, se vio envuelto en algunas situaciones, lo cual le causo, muchos problemas con las autoridades de la Diócesis. Sin embargo de la misma forma el curato veía como por medio de los jóvenes, mucha más gente se estaba acercando a la Iglesia. El Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana, llego a tener probablemente más de 500 jóvenes como miembros activos. Fue durante los siguientes dos años, dentro del Grupo de Jornadas, donde se gestaron los Movimientos Estudiantiles, ( de los que hablaremos más adelante ), que luego se extendieron a otras escuelas como reguero de pólvora, que modificaron nuestra historia estudiantil local.
Aurelio Ruiz Navarro fue un personaje de esos que las cúpulas se empeñan en reprimir y opacar. Constantemente le hacían extrañamientos por su conducta rebelde, y por la relación de amistad con los jóvenes jornadistas. Finalmente en 1985 fue enviado a una lejana comunidad en los límites de San Luis Potosí y Zacatecas. Nos volvimos a reunir en muchas ocasiones, cuando el venía a Matehuala, o cuando alguna vez lo visitamos en otras comunidades. Recuerdo como si fuera ayer, nuestra última y larguísima charla, donde nos relató sus trabajos, aventuras y tropiezos, en las comunidades donde estuvo después de Matehuala. Era como observar a un niño, riéndose de repente de sus inocentes travesuras. Decía que por casualidad o mala suerte, siempre le tocaba la peor parte.
En 2004, por una problema de tránsito, fue detenido en la cárcel preventiva de San Luis Potosí por una noche. Le imputaron una falta que no cometió, así que durante esa madrugada, oficio misa dentro de la cárcel y también confeso a los otros detenidos, lo que no esperaba fue que llegara la prensa y lo fotografiaran, así que fue objeto de un escándalo y de un mayor regaño, pudo haber pagado una fianza, salir y olvidarse del asunto, pero en vez de eso, llevo un largo proceso, donde el mismo fue su propio abogado, hasta que la justicia lo declaró inocente y le ofreció una disculpa pública. El decía a manera de broma, que el Sr. Obispo, su superior, repetidamente le llamaba la atención. Lo cierto es que Aurelio Ruiz Navarro, se ganó también el respeto de la jerarquía política y eclesiástica en nuestro Estado.
En Mayo de 2007, integrantes del Movimiento de Jornadas, organizan una celebración Eucarística y una fiesta en honor al Padre Aurelio, aquí en Matehuala, en donde el estuvo sumamente feliz departiendo con sus discípulos. Finalmente, el Padre Aurelio Ruiz Navarro falleció en Noviembre del mismo año, dejándonos como testamento todos los aprendizajes y experiencias compartidas a su lado. Descanse pues, en la Gloria del Señor.
Padre Aurelio Ruiz oficiando misa
Padre Aurelio al centro, Lupita Ávila a la Derecha
Jornadistas de Matehuala
Jornadistas de Matehuala 2
Jornadistas de Matehuala 3