Dignificar la actual Legislatura es imposible
19 abril, 2018

Dignificar la actual Legislatura es imposible

Por María Elena Yrízar Arias

El hecho de que los diputados manejen dinero para hacer gestoría, por algunos casos que se han descubierto, los ha indiciado como delincuentes por las denuncias penales que se han instaurado en su contra, así, la actual 61 Legislatura del Congreso de los diputados potosinos ha estado marcada por escándalos de falta de honestidad en algunos y lo más grave han sido los señalamientos de la presunta corrupción de sus integrantes. Las denuncias en contra de ellos han llegado al límite de la tolerancia social, por ejemplo la llamada ecuación corrupta y sobre el modus operandi para el blanqueamiento de las cuentas públicas de algunas dependencias y municipios en el estado, entre la asociación delictuosa que tenían con diversos funcionarios de la Auditoría Superior del Estado, que ellos mismos habían colocado en esa dependencia.

Luego se destapó otra cloaca, ya que Josefina Salazar Báez y Mariano Niño fueron denunciados penalmente por la falsificación de facturas, mismas que cobraron bajo el concepto de apoyos legislativos y de gestión. Pareciera que el objetivo de estos diputados es saquear el dinero público, supuestamente mediante un engaño, defraudando la confianza de personas, usando firmas falsas y hasta dando apoyo económico a un difunto, como es el caso del diputado Mariano Niño. Todas estas cosas han venido a abonarle al descrédito de los diputados y, desafortunadamente para ellos, siguen los escándalos, donde al parecer simulan hacer entrega de recursos y presentan facturas falsas. Lo anterior resulta tan grave, sobre todo por la falta de actuación de las autoridades ante las múltiples demandas ya presentadas. Lo que hace parecer que los diputados pueden simular hacer gestoría y quedarse con el dinero, presentando inclusive facturas falsas y no pasa nada.
Los últimos dos escándalos los han protagonizado el diputado panista Jorge Luis Miranda Torres, quien presentó facturas para justificar la supuesta compra de refacciones para automóviles y cobijas que, en conjunto, suman 86 mil 977 pesos. Otra burla la hizo la diputada Graciela Gaitán, quien utilizó facturas que amparan la compra de tamales por 13 mil 206 pesos. Lo que ha abonado al enojo y el rechazo al Congreso mismo. Esto es la muestra del cinismo y desvergüenza de estos diputados.

Ayer se supo que, según estudios realizados por Transparencia Mexicana y por el Instituto Mexicano de la Competitividad, en el diagnóstico del Parlamento Abierto, resulta que el Congreso potosino es señalado también entre los menos trasparentes en sus manejos. A lo anterior, la diputada Lucero Jasso Rocha, presidenta de la Comisión de Transparencia, admitió que existen pendientes que en breve van a quedar superados.
El diputado Juan Manuel Reyes Monreal, del Partido del Trabajo, señaló que esta Legislatura es la peor. Él mismo hizo el señalamiento. No es invento de nadie. Es una percepción que coincide con el criterio de muchos ciudadanos que están hasta la madre de los diputados.

Entendemos que existe la buena fe de algunos que acaban de llegar como suplentes de sus titulares, así tenemos al priísta Raymundo Rangel Tobías, quien dijo: “la manera de dignificar un espacio en el que se presta un servicio, es hacer las cosas bien, de acuerdo a los lineamientos”. Nadie duda de su buena fe, que no le alcanzaría para siquiera borrar un poco la imagen que han dado los demás diputados.

Se ha llegado a tal cinismo que ayer, la misma legisladora Graciela Gaytán se atrevió a exigir que se aplique la ley hasta las últimas consecuencias y se investigue a Hugo Stevens, del Frente Anticorrupción que se dedica a denunciar irregularidades de servidores públicos y a exigir justicia, luego de que el Interapas detectara tomas clandestinas de agua en negocios de lavado de vehículos que son propiedad presuntamente de los hermanos Hugo y Leopoldo Stevens Amaro. Así pues, Graciela Gaytán afirma que: Luchadores contra la corrupción, resultaron corruptos: ¿Y ella qué? ¿Acaso no siente la viga en su ojo y sólo ve el ajeno? ¿O cree que ser diputada la legitima para ser delincuente y tener calidad moral para señalar a sus iguales? O pide que se aplique la ley parejo, entonces, lo que pide para otros, ¿lo pide para sí misma? Habrá que ver qué pasa.
Hago la aclaración de que no quiere decir que sea aceptable la conducta ilegal de los hermanos Stevens Amaro, eso quiere decir que igual de trompudos la una como los otros. Entonces, ¿cómo podría el pobre Congreso potosino recuperar su calidad de honorable? ¿Podrán los ahora diputados suplentes dignificar la actividad legislativa? ¿Podrán limpiar todo el chiquero que dejaron sus compañeros? Me parece que esa misión es imposible, porque seguirán surgiendo más y más casos de sinvergüenzadas de los diputados. Si no, el tiempo nos lo dirá.

mariaelenayrizararias@gmail.com

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