Doodle de google y homofobia en México
4 junio, 2019

Doodle de google y homofobia en México

Por Samantha Torres

Hoy es 4 de junio de 2019 y Google ha lanzado al mundo uno de sus ya característicos doodles, en esta ocasión conmemora el 50 aniversario del Orgullo Gay y en pantalla puede apreciarse parte de su historia, desde sus inicios con las marchas de 1969 en Nueva York, hasta el nuevo siglo y los gay parade que tanto han llenado de color y diversidad la conciencia de muchos; sin embargo, si los usuario en México despliegan el día de hoy la página principal del buscador Google, descubrirán que no hay nada especial en él, esto se debe a que México junto con Rusia, China y la mayoría de los países africanos son aún de corte y políticas conservadoras, recordemos que apenas unos días atrás nuestro propio estado de San Luis Potosí (por fin) hizo el cambio pertinente a la ley para que se reconozcan los matrimonio igualitarios, pero esto no quiere decir que la mayoría de su población tenga una educación adecuada o tan siquiera tolerancia hacia la diversidad sexual, estamos muy lejos de alcanzar una sociedad abierta que demuestre, valore y respete sus diferencias, el doodle del día de hoy vino para recordármelo como una punzada al cuerpo.

De lluvias y negros pensamientos Ayer me encontré con una repentina y bastante nueva preocupación, la lluvia, usualmente la lluvia y sobre todo después de un extendido periodo de sequía, siempre representaba una bendición, una dicha y en ocasiones una salvación para el campo, pero desde el incidente climatológico que sufrimos todos los matehualenses el jueves 30 de mayo, cada vez que veo nubes negras, me vienen a la mente igual de oscuros pensamientos, supongo que será así durante algún tiempo.

Nunca me canso de decirles a mis alumnos que los cambios climáticos tan extremos que sufrimos (sequías extremas, inundaciones, calor anormal en invierno) son algo relativamente reciente y que no suceden de manera natural, que atienden a la mano del hombre y a la contaminación que generamos, pero como mis usuales sermones de maestra no son suficientes, ni con la metáfora de la ranita que no sale del agua hirviendo porque se acostumbra a ella y prefiere dejarse morir, la naturaleza en esta ocasión ha venido a suplirme y ha alzado su propias voz y nos ha exigido plena atención, y ya que la tiene sólo resta que nosotros hagamos conciencia.

 

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