21 marzo, 2017

El Cenit

Por: Raúl Axel Mayorga M.

 

Estimado lector o lectora, me alegro volverte a encontrar de nueva cuenta en este espacio. La semana pasada no pude escribir mi columna por las ocupaciones que me impone la vida universitaria, pero hoy retomo este cenit para hablar de varios asuntos. ¡Acompáñame!

 

Las noticias falsas (“fake news”) y la capitalización del engaño informativo

Si algo ha caracterizado el enrarecido ambiente político nacional e internacional del último año es la aparición de las noticias falsas (llamadas, en la retórica trumpeana, “fake news”). El gobierno estadunidense no duda en llamar a las grandes cadenas de medios como la BBC o CNN, difusoras de fake news, pues lo que informan no se ajusta a su agenda, y aunque en México las noticias están sesgadas por los conglomerados televisivos (es decir, Televisa y TV Azteca), es en las redes la proliferación de estas lo que llama mi atención.

Es común encontrarme que amigos y familiares comparten libremente notas de medios “alternos” como ArgumentoPolítico, DenunciasMx, DenunciaLeaks o Info Noticias, y Espectador; notas que. con un desparpajado estilo, denuncian o señalan hechos que nunca han ocurrido o bien, falsean los datos. Basta ir a las fuentes de la información o hurgar un poco entre otros medios de comunicación para darse cuenta de la treta de esos sitios web.

¿Qué motivación tienen? He notado que son medios que son críticos con el régimen actual, pero a un grado de endilgar declaraciones a funcionarios, cosas que nunca dijeron. No estoy en contra que haya disensos con el gobierno, pero con lo que discrepo es que lo hagan sin la razón de su lado. Un conocido, afín al PRI, deslizo la sugerencia que estos son medios con estrechos vínculos con la izquierda (concretamente, con Morena, el partido de López Obrador) y no estoy para afirmar tal. Lo que voy a manifestar es que, ligado a ese partido o no u otros intereses, el mentirle a la sociedad es condenarnos a una realidad en la que los hechos no tienen cabida y se cree más en el chisme, en el secreto a voces, legitimados en espurios portales de “noticias”.

Una sociedad democrática necesita de los medios de comunicación, pero medios responsables que den información veraz y que no desinformen, pues esto no tiene fin práctico alguno. Nosotros, como ciudadanos, debemos ser responsables a la hora de compartir la información en redes sociales, no debe hacérsenos fácil sólo dar clic en compartir y ya, tenemos que verificar en varias fuentes antes de publicar algo que, a la larga, afectará profundamente el frágil vínculo entre los hechos y lo que se sabe.

 

Benito Juárez, el liberalismo en México y sus distorsiones

Juárez es un personaje clave en la historia de México; se hizo cargo de la Presidencia durante la Guerra de Reforma, la Intervención Francesa, el Segundo Imperio y logró restaurar la República al despuntar la década de 1870. Desde luego, todo tiene sus bemoles y el oriundo de Guelatao, Oaxaca, también tuvo sus claroscuros, tales como el asumir la Primera Magistratura de forma inconstitucional y con acusaciones de fraude electoral y de querer perpetuarse en el poder de no haber sido porque la muerte le llegó, ejerciendo el cargo, en 1872.

Más, en este punto, quiero reconocer los aportes que Benito Juárez García consolidó, como lo es la Constitución de 1857, la primera de corte liberal en el país, que abrogó la de 1824 y estableció los derechos y obligaciones del hombre, sostuvo el Estado secular, introdujo la figura del amparo y fue base, también, de la Carta Magna de 1917. Muchos de sus preceptos siguieron en la Ley Fundamental que aún nos rige, con todo y las distorsiones existentes entre la democracia y el liberalismo.

El liberalismo, la otra corriente del pensamiento que dominó el siglo XIX mexicano además del conservadurismo, pugnaba por la libertad individual como el valor fundamental de toda sociedad, la igualdad de todos los individuos sujetos a derecho y el derecho a la participación equitativa en el sistema político (eso de poder votar y ser votados). Algo que asimismo propio de la democracia pero que, en el núcleo mismo de esta, choca de bruces porque la democracia implica que todos participen en la vida política de un país y que por encima de todos está el Bien Común, algo que el liberalismo no acepta, pues primero es el bien del ciudadano.

En la actualidad, nuestra sociedad se dice democrática, pero a los individuos que conformamos este país, nos importa cada vez menos el bienestar del prójimo. Y no es culpa de nosotros como individuos, es parte del mal matrimonio entre liberalismo y democracia, ambos cada vez más alejados y caducos en sus más de dos siglos de preminencia.

 

Y los grandes proyectos… ¿para cuándo

Dicen, quienes por ahí anda al tanto de esos asuntos, que las principales promesas de la actual administración penden de un delgado hilo… ese, el de la suficiencia presupuestaria. Y es que las promesas del gober Carreras y el presi Pepito Nava significan grandes erogaciones presupuestales con las que las arcas no cuentan por ahora. Verá usted, tanto recorte tenía que tener una víctima y esa fue precisamente la del gasto en infraestructura social, como parques, avenidas y demás cosas que el Gobierno Federal precisa onerosas en los municipios del país. Pues claro, si no somos el Estado de México, donde el PRI corre el riesgo de perder la gubernatura tras 90 años de estar al mando. Pero bueno, volvamos a lo local.

A las y los matehualenses se nos prometió un parque tipo el Tangamanga (el emblemático parque de la capital potosina, segundo más grande de su tipo en el país después del Bosque de Chapultepec en la Ciudad de México) y también la creación de la Avenida Las Torres al poniente de la ciudad, para conectar todas las colonias en la periferia de Matehuala. Y hasta ahora: nada. No hay maquinarias trabajando, no hay enajenación de predios, no hay avisos con bombo y platillo sobre cuándo iniciarán y, tentativamente, durarán las obras. No hay nada y ya vamos a mitad de la administración municipal y primeros dos años del doctor Carreras en el puesto.

No soy malpensado, pero no quisiera deslizar la posibilidad de que ello ocurra a finales de año y que, apresuradamente hechas, como es costumbre, las obras estén listas justo antes de las elecciones de 2018, quién sabe por qué. Más, como dirían los abuelos: piensa mal y acertarás…

 

Por ahora sería todo, espero sus comentarios. ¡Hasta la próxima!

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