El cenit
Por: Raúl Axel Mayorga Molina*
Siete semanas. Han pasado siete semanas desde mi última columna y tengo que decir que la procrastinación me ha ganado cada que abro mi laptop y comienzo a escribir. Sin embargo, ahora sí estoy dispuesto a subrayar lo que considero más importante de todo este tiempo.
Primeramente, llegó septiembre (y con él mi semestre en la universidad) y enfrentamos inmediatamente lo del sismo del día 07 en el sur del país. Los estados afectados, históricamente los más pobres y rezagados, sufrieron este fenómeno. La acción comunitaria se movilizó ante la incapacidad del Estado para enfrentar por sí solo la magnitud del evento.
Del 12 al 16 de septiembre, participé en el V Congreso Internacional de Ciencia Política, que organizó la Asociación Mexicana de Ciencia Política (AMECIP) en Cancún, Quintana Roo. Agradezco el apoyo económico de quienes aportaron para que un servidor acudiera a ese coloquio.
El tema central del congreso fue “Democracias en riesgos: desigualdad, discriminación y corrupción” y a él acudieron estudiantes de grado y posgrado de Ciencias Políticas y disciplinas afines, consejeros electorales federales y estatales, magistrados del Tribunal Electoral federal, el titular de la FEPADE, entre otros funcionarios y politólogos de renombre, como Gary King o Laurence Whitehead.
La conclusión a la que he llegado después de las mesas temáticas, pláticas y conferencias a las que acudí, es que la corrupción es el cáncer de todo sistema que se dice democrático (algo demasiado evidente, no hay necesidad de ser científico social para palparlo en la realidad cotidiana), además que hoy más que nunca este sistema ha sido puesto en riesgo por las mismas instituciones del Estado (en todo el globo), presionado por los grandes capitales a los que responden ya sólo los gobiernos. Es necesario que la ciudadanía se implique más en la vida pública, porque si continúa la irresponsabilidad de dejar en manos de unos pocos el destino de todos, eso sería la condenación de nuestras aspiraciones de un mundo mejor.
Y, hablando de acción solidaria, después del sismo del 19 de septiembre, notamos, creo que todas las personas, el despertar implacable de la ciudadanía, especialmente de las y los jóvenes de mi generación, los denostados millennials, quienes han sido acusados de apáticos por las generaciones predecesoras pero que, en la práctica, fueron los primeros en lanzarse a los edificios destruidos a intentar salvar la vida de quienes yacían debajo de los escombros.
Un tema que estoy casi omitiendo, pero no tenemos que olvidar, fue el feminicidio en Puebla de Mara Castilla, estudiante (precisamente) de Ciencias Políticas; no hay duda, las violencias machistas subsisten a pesar que las leyes dicen garantizar una vida libre de violencia a las mujeres en México. Más, no es sorprendente, la realidad dista mucho del papel y la muerte de Mara nos recordó que día a día las mujeres son acosadas, discriminadas, violentadas y asesinadas casi con total impunidad. Necesitamos luchar por erradicar todo tipo de violencia contra la mujer y velar por su desarrollo pleno.
Ahora bien, concluyó septiembre, no sin penas (yo perdí a una mascota muy querida, con nombre de inspiración goethica) y los actores políticos volvieron a la palestra, a hacer espectáculo y lucrar con el desastre y mostrar la miseria que son. Iniciando este mes, los partidos se pelean por ver cuál es más generoso, hablando de donar el dinero público que la autoridad electoral les asignó… Empero, no recuerdan que ese dinero no es suyo, es del pueblo de México, y en su actitud díscola quieren sacar provecho y tajada con miras a la elección de 2018. ¿Cinismo? No, ya no más, tenemos de sobra.
Hablando de elecciones, es un hecho que para los funcionarios locales, el partido Morena está pidiendo que sean sólo mujeres las que compitan por los cargos de elección popular; por otro lado, el gobernador hace sentir su influencia y derriba las aspiraciones del bueno de Jano Segovia e impondrá en la candidatura a Rafael Hernández Banda, favorito del actual alcalde, Pepe Nava, a quien dicen ya le prometieron una curul en el Congreso Local. Mientras, en el PAN se desviven por encontrar a un candidato idóneo para ocupar la silla del palacio municipal, sin muchas opciones (al parecer, la fractura no está sólo en su cúpula, sino en toda la estructura partidista; una pena) y algunos hablan de varios posibles candidatos “independientes” que ansían ser munícipes y diputados locales por el primer distrito. Veremos y sabremos, hasta entonces, esperemos.
*Estudiante de Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM. Trabajador de la Educación. Activista, poeta y catlover.