20 marzo, 2018

EL CENIT

Por Axel Mayorga Molina

Simplemente humanos

 

Estamos a escasos diez días de que comience el proceso electoral federal, cuando al fin después del periodo de intercampañas, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés, José Antonio Meade Kuribreña y Margarita Zavala Gómez del Campo por fin se exhibirán como lo que son: los personajes que se disputarán la silla presidencial para el siguiente sexenio.

No me queda duda de que las personas que los siguen tienen sus motivos, algunos me son extraños, pero los tolero, más hay algunos que no dejo de analizar y que, si bien no me quitan el sueño, nomás no se me van de la mente.

Por ejemplo, y con perdón de mis amigos y conocidos de Morena más comprometidos con la causa, me parece mal que algunos hayan encumbrado a López Obrador en una especie de santidad que no merece. No la merece porque es un hombre, un ser humano, como usted y yo. Sí, me parece que tiene buenas intenciones, ganas de aplicar su proyecto político, cueste lo que cueste, pero no más allá de eso. No es un ungido, no es un enviado divino. Es un político, sólo eso.

Me parece una locura la apoteosis por la que algunos de sus adeptos lo han convertido en una figura mítica, casi religiosa, cuando para la condición humana el error es inherente.

No critico los planes de AMLO, es más, me parece acertado el nombramiento de Tatiana Clouthier como su coordinadora de campaña o de la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero como su propuesta para ocupar la cartera de Gobernación, entre otros. Lo que me preocupa es la ceguera de algunos de sus seguidores. Es decir, y tal vez esto sea una explicación algo ingenua, posiblemente estén tan desesperados por un cambio disruptivo, que ven en el oriundo de Macuspana a la salvación del país. Yo tengo mesura y creo que si pone atención a la pluralidad de opiniones a lo largo y ancho de México, si no divide, si logra consensos puede iniciar cambios de muy largo plazo, pues esos son los que en verdad requiere la nación.

Si me piden que no critique, si me piden mi silencio, si me insultan por no compartir sus ideas, si por ello me llaman derechairo, traidor o peñabot, me sentiré muy decepcionado de los seguidores de André Manuel, pues yo mismo fui uno de ellos y desde 2005 lo apoyé, fui a las protestas por el fraude electoral de 2006 y en 2012 voté por él. No es cosa de blancos y negros sin considerar los grises, de “estás con nosotros o contra nosotros”, sino de disentir y aceptar las discrepancias. Algo que, precisamente, este gobierno no ha sabido hacer, tampoco los dos anteriores, es más, mucho menos los del siglo XX.

Nos hace falta con urgencia, a los mexicanos, entender que no estar de acuerdo en una cosa no nos vuelve diferentes, que hay otras formas de pensar y que el pensamiento uniforme jamás será posible, pues no todos tenemos la misma edad, sexo, vivencia, orientación sexual, afiliación política, religión, afinidad, etcétera.

Condeno que se quiera subir a pedestales a los políticos, no sólo a El Peje y olvidar que son hombres, son mujeres, que no hay héroes o villanos sino simplemente humanos.

 

Gracias por leer y compartir. ¡Hasta la próxima!

 

Raúl Axel Mayorga Molina (San Luis Potosí, S.L.P., 1990) es estudiante de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México en la modalidad a distancia.

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