Por Abelardo Medellín Pérez.
Por fin Alejandro Segovia Hernández decidió mostrara la mano dura con la cual habla, pero no gobierna; por fin se le hizo a la población preocupada ver que cancelan permisos para venta de alcohol en los eventos, ver que aprueban multas por no usar cubrebocas, ver que este fin de semana clausuraron en la ciudad de las camelias diez establecimientos por infringir las medidas anti Covid-19.
Sin embargo, no todo es congruente en esta tierra de contagios diarios y eventos Mesquit con fotografía del recuerdo; mientras el ayuntamiento por fin deja ver lo que puede hacer con algo de miedo y las súplicas de la sociedad civil, los organizadores de eventos masivos muestran como su insistencia mal justificada, puede ceder con las razones menos esperadas.
En su momento los organizadores de la carrera de ciclismo Matehuala Salvaje MTB dijeron que el coronavirus no los iba a detener, porque, de acuerdo con ellos, el ejercicio era la mejor forma de fortalecer la salud de las personas; justificación extraña si pensamos que, si bien la prevención a largo plazo es indispensable, quizá lo mejor para evitar enfermar en el contexto actual sea… no lo sé, seguir los protocolos de salud y evitar HACER eventos masivos.
Sin embargo, la “desinteresada” justificación a “favor de la salud” de los organizadores del Matehuala Salvaje, no bastó para convencer a las autoridades de la Jurisdicción Sanitaria Número 2., quienes en rueda de prensa el pasado 26 de julio, dijeron que:
“en lo que toca la carrera que mencionan, está suspendido […] un evento como de carrera de ciclismo está cancelado porque si no se respeta la distancia, podemos correr el riesgo de que contagios, e incluso quien tiene sintomatología leve suele asistir […] sí se ve que no se tiene la sana distancia en un momento dado”.
¿La opinión de la Jurisdicción Sanitaria en el altiplano hizo que los organizadores cambiaran de opinión?, no. Parecía que a los organizadores de este evento de ciclismo solo los podía detener algo enviado del cielo y así pasó: pues el 28 de julio uno de los coordinadores del evento anunciaba que debido a la tormenta Hanna se pospondría el evento.
No porque hubiera para ese entonces 347 casos en la ciudad, no porque las autoridades negaran que se pudieran hacer eventos, no por sentido común, no, las cosas como son, la razón por la cual el día de hoy no hubo una carrera de ciclismo según sus organizadores fue por la tormenta.
Sí, mencionaron que “la descontrolada pandemia” era una de las razones, pero si revisamos los tiempos, pareciera que fue la tormenta quien logró posponer lo que la dirección de deporte municipal y la congruencia cívica no pudieron.
Además, a los organizadores no les preocupaba que hubiera contagios o si es que el evento vulneraba a los asistentes, sino que fueran a ser señalados por futuros contagios de los participantes, aunque claro, se jactan hasta la fecha de que en estas carreras participan solo “personas sanas”.
Así, los organizadores anunciaron que, a pesar de ya tener los trofeos, los kits y las buenas intenciones de “mejorar la salud de los matehualenses”, el evento Matehuala Salvaje se pospondría al 20 de septiembre, fecha que, según quien organiza, es “definitiva e inamovible”.
Algunos podrían pensar: “bueno, ya pospusieron la fecha, ¿para que seguir señalándolos”; el problema aquí tiene dos vertientes: la poca o nula intención del ayuntamiento para evitar estos eventos (pues según sus organizadores la relación con Jano Segovia es estrecha) y por otro lado el cómo una actividad puede escudarse en su naturaleza de promoción de la salud para lavarse de toda responsabilidad social mínima.
Entonces tenemos un gobierno con media mano dura y eventos con brújula moral conveniente: aquí cabe hacer una aclaración, todos en esta pandemia hemos tenido la necesidad de salir para algo, e incluso la recreación, esparcimiento y práctica de algún ejercicio son válidos, la gran problemática no es que alguien salga a la calle, es que un grupo busque hacer de una actividad totalmente sana, un evento masivo, es decir, la única cosa que los servicios de salud piden que no se haga.
Claro, pueden guardar distancia entre las bicis y ponerse un cubrebocas (aunque ya lo contra indició el doctor Sireno Rojas), pero, si el evento no es con fines de lucro y no es para apoyar a una noble causa como la carrera pasada, ¿entonces cuál es la necesidad de convertirlo en un evento de 1000 medallas y 700 kits de participación?, ¿posponerlo a septiembre con ánimo optimista? Por supuesto, la actividad física aumenta las defensas y fortalece el cuerpo, ¿pero porque hacerla “Salvaje” y no “adecuada para las circunstancias de crisis sanitaria”?
Por ahora, la congruencia ganó, ya sea por la tormenta o por la ignorada pandemia, el Matehuala Salvaje se pospone y seguramente hasta su celebración será un tema de controversia.
Este rincón no es un regaño, el ejercicio es necesario y salir a veces es indispensable, nadie los juzga por ello; solo preocupa la forma sátrapa con que a veces el entusiasmo puede convertir algo saludable en una Utopía de soluciones de humo…
¿O será que este es el mundo al revés?
Donde si problematizas, evitas problemas; si complejizas, evitas complejos; si enfermizas, evitas enfermedades; y si pedaleas, evitas… ¿evitas el Covid-19?.
Nos leemos más serios y menos quejosos en unos días, lector anónimo.