El intelecto de las letras
18 febrero, 2017

LA IGNORANCIA COMO FELICIDAD

Por Aarón Salvador Domínguez López.

 

La situación que enfrentamos ha sido predicha y temida por grandes pensadores e intelectuales, es fácil de comprender, pero difícil de aceptar, la ignorancia como felicidad dentro de la inconciencia, la barbarie como emperatriz máxima. Lo malo no son las zonas de confort, el conformismo o la pereza mental, lo malo es ignorar tan mezquinamente una serie de hechos que afectan directamente la vida y la percepción que tenemos hacia la misma, el no querer regresar a la realidad simplemente porque el auto engaño es menos doloroso. En su obra más famosa, “1984” George Orwell propuso la teoría del doble pensar, el razonamiento contradictorio, en donde habla sobre como la humanidad corroída por la decadencia de la opresión termina por vivir una vida donde su única meta es engañarse a sí mismos todos los días, el tener dos pensamientos opuestos y a su vez, pensar que ambos son ciertos son una paradoja que atentan contra la voluntad de la libertad del pensamiento. Vamos a crear un panorama, pongamos sobre la mesa a dos tipos de personas, uno es un científico con alto nivel académico, el otro es un obrero, un ciudadano promedio, el científico está dentro de su laboratorio estudiando las células a través del microscopio, preocupado, suda y se limpia la frente, pasa toda la noche ahí angustiado por no poder encontrar alguna solución molecular a “x” problema, él siente el peso y la responsabilidad en sus hombros de utilizar su conocimiento y talento para hacer algo por el mundo, él es consciente de que es importante su labor para la comunidad científica y quiere ser reconocido por ello, el hombre se  va a casa y no puede dormir. Ahora veamos al obrero, llega a casa, ve un libro sobre mesa y lo ignora, se sienta en el sillón, enciende la televisión y pone el partido de futbol, le pide a su esposa una cerveza y empieza a beber, sin preocupaciones bebe y va a dormir, al día siguiente el científico despierta aun preocupado por tratar de encontrar la fórmula, se pasa todo el día estudiando y haciendo pruebas de laboratorio, se me olvidaba comentar que es domingo, el obrero se levanta hasta las 2 de la tarde, su hijo le pide ayuda para hacer la tarea, este lo ignora y sale con sus amigos, se emborrachan, ríen y hablan estupideces mientras vuelven a reír. ¿Quién es feliz en este caso? Si lo ponemos así es fácil deducirlo, ya que la mayoría de las veces es así, la gente intelectual tiene una responsabilidad con la sociedad, el progreso de la humanidad y consigo mismo, mientras la gente común no trata de adquirir conocimientos cayendo en la ineptitud perpetua.  Ya lo dijo alguna vez Bukowsky “El problema con el mundo es que la gente inteligente está llena de dudas, mientras que el gene ignorante está lleno de certezas” En conclusión, la ignorancia trae felicidad, pero nunca libertad.

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