El rincón del Mago
EL Jano en llamas
Abelardo Medellín Pérez.
Casi un mes después de que la tormenta se calmara, a tres semanas y un poco más de que los partidos convencionales se resignaran y el nuevo régimen se emocionara… en Matehuala hay una situación latente que, con el olvido de las campañas, hemos intentado ignorar: el elefante en la sala. Por elefante nos referimos a uno muy ecologista, y por sala nos referimos al cargo máximo de la presidencia municipal.
Con una victoria indiscutible y un margen aplastante, el (entonces) candidato Alejandro Segovia, “Jano”, ha sido elegido por el pueblo de Matehuala de forma democrática y en lo que pareciese una votación previsible y con el resultado esperado.
Sin embargo, donde el cinismo se vuelve el idioma de la crítica, pensemos: suponiéndonos fríos y sin aspiraciones de mejorar, ¿tenemos al mandatario que la ciudad merece? Una persona que ante cámaras y en declaración jurada preguntó “¿qué se podía esperar de un cajero?”, refiriéndose a la vergonzosa calificación a nivel federal que recibió por su trabajo como diputado. Una joyita del altiplano, ¿no les parece?
Y para más muestras, más botones. Errores con el manejo de recursos públicos para becas reguladas de forma arbitraria. Agravios en contra del gobernador Carreras, formulados con todo el mal gusto que pudo acumular en palabras. Supuestos fraudes millonarios en contra de un grupo de comerciantes. En fin, la ausencia de mancha que se esperaba de un “no-Priìsta”, contrastado con las anormalidades que tiene el PVEM, genera una preocupación justificada por las próximas acciones de la presidencia municipal. Porque de tal palo tal astilla, y de este palo donde se para el tucán, hay mucha astilla por sacar. Multado en este proceso electoral con 381 mil 458 pesos, el PVEM se ha hecho acreedor de la presea por “EL PARTIDO MÀS MULTADO DE LA HISTORIA DEL PAÌS”. No, no es tanto dinero; no, no es el único. Sin embargo, si le acumulamos que, en 2015, estaba tan endeudado, que 4 de cada 10 pesos que recibía eran para deudas (según datos oficiales de grupo Milenio); nos damos una idea de cómo este partido no solo sigue ofreciendo pena de muerte a los criminales, sino pena ajena a los ciudadanos.
Puede entonces que la no-coalición al PRI, se convierta en una simulación vergonzosa por parte de las personas que deberían de servirnos, y pareciesen no servir de mucho.
Aceptémoslo, el PRI a nivel federal y por toda la extensión del país, pareciese transformarse en un partido “vivencial”, tal y como le pasó en la capital de la nación desde hace tiempo. Este partido de antaño, este abuelo de las tradiciones políticas, manantial de fraude, corrupción e inmoralidad; tiene por delante un futuro tan obscuro e incierto, que basta con ver la elección de Claudia Ruiz Massieu para ser presidente del partido, y que su primera decisión sea cambiarle el nombre al PRI para mejorar su imagen. Pura tragicomedia de la buena, de esa en la que México se ha convertido.
¿Se irá sin luchar el PRI?, claro que no, esta joya del dominio hegemónico latino americano y único lugar donde usar chaleco rojo no es de mal gusto, ha dejado tras de si una estela de vástagos que, si bien no se cortaron, se pintaron de diferentes colores y nunca se alejaron lo suficiente del árbol caciquista nacional.
Estos hijos malditos de la política mexicana son los partidos que nos representan hoy: en oposición, en mayoría, en su irrelevancia. Todos han heredado instituciones, ideas, prácticas y desvergonzadas actitudes. Por eso no es equivocado decir que no hay nada más parecido a un partido político, que otro partido político.
Y si hace como pato, camina como pato y parece pato… lo más probable es que se haga pato. Con su pasado a cuestas, Jano Segovia tendrá ahora una oportunidad enorme para resarcirse y, con una sinceridad inocente, esperamos que lo haga. A la ciudadanía matehualense no le gustaría descubrir que, a pesar de no haber estado en coalición con el PRI, el presidente municipal despierte en sus acciones las tradiciones de la fichita roja indeseable. Esperamos en bien, estar equivocados; y en mal, esperamos para ver cual será su siguiente excusa ante la crítica a su trabajo.
En suma, Matehuala merece un gobierno de calidad. Con los números de inseguridad, problemas de infraestructura y un crecimiento industrial en vías de desarrollo, un guía político preparado, con experiencia comprobable y compromiso ciudadano, es menester para no volver a los tiempos obscuros de los cuales escapamos.
Un hombre no es su partido, un partido no siempre es una idea, un municipio no tiene que ser su gobierno, un candidato electo no dignifica lo que merecemos ni lo que necesitamos. La verdadera necesidad será juzgar con el peso de la crítica y la decencia los actos de nuestros nuevos gobernantes. Los estamos observando, sean políticos con una aceptación a nivel mundial como Luiz Inácio Lula da Silva (pregunten ahora dónde está), o seas, en tus palabras, un simple cajero. Nada es justificación para el mal trabajo, y sin importar que fuiste, hoy eres servidor público. Demuestra ser más que la propaganda insoportable e invasiva, porque Matehuala sí merece un mejor Gobierno.