EL PROCESO DE CONVERTIR A UNA PERSONA EN OBJETO: DESHUMANIZACION.
8 marzo, 2021

Por María Teresa Leyva Nava

Vivimos en un país en la que la Ley y los derechos humanos están garantizados en la Constitución Mexicana vigente, cito textualmente el Art. 1o. “En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece”.

Y en la Declaración Universal de derechos Humanos, en el Artículo 1. “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” Y el Artículo 2. “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía”,

Analizando lo anterior, se observa que de manera amplia que todos los individuos son objetos de estas garantías, esto nos traería como consecuencia, que las mujeres y hombres tuvieran las mismas condiciones, sabemos que hay muchos aspectos que en la práctica no se observan igualitarios.

El término deshumanización define un proceso mediante el cual una persona o un grupo de personas pierden o son despojados de sus características humanas.

Cuanto atribuimos a otras personas rasgos que consideramos típicos de animales o de objetos, así como de adjetivos que desvalorizan y les negamos otros rasgos típicos de humanos les estamos deshumanizando.

La deshumanización implica negar la humanidad de los demás, introduciendo una asimetría entre las personas que tienen cualidades humanas y las personas que no las tienen. Recordemos como un ejemplo en los alegatos de si las mujeres debían votar o no, en el cual la justificación era que no merecían el voto debido a que no eran iguales a los hombres.

Las personas se vuelven un objeto en la percepción social y por tanto es más fácil herirlas sin remordimientos, un fenómeno que se observa en los comentarios de redes sociales.

La deshumanización es una forma radical de negación de los demás grupos. Se ha usado sobre todo en los conflictos y en las guerras ya que es en mecanismo útil para producir una desinhibición violenta hacia los grupos cosificados, por ejemplo, en la guerra contra los judíos, en el que se hacían propaganda comparándolos con ratas o los esclavos afroamericanos que llamaban “salvajes” justificando así, su condición de esclavos.

Los casos más evidentes de deshumanización se han producido durante las guerras. Matar a una persona no es algo fácil, pero, si en su lugar, se piensa que se está matando a un animal o a una persona inferior, el acto de matar se hace más fácil. La conciencia se resquebraja menos al quitarle al otro la condición de igual o realizarlo mediante la tecnología.

Esta deshumanización aparece como una de las peores formas del prejuicio social. El cosificar a una mujer la hace más susceptible de vivir violencia.

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