EL RINCÒN DEL MAGO
El voto que no llega:
jóvenes matehualenses y las elecciones
Abelardo Medellín Pérez.
A unas horas de someternos al calvario sexenal insufrible que tenemos en bien llamar “elecciones”, y nos gusta maquillar de “democrático”, la ciudadanía matehualense sigue poco permeada por la decisión final y, quizá, haya un amplio sector el cual no ha sido contemplado por los candidatos: los jóvenes.
La población joven con edad electoral, tanto en el estado, como en el específico caso del altiplano, es una mayoría indiscutible, que cargara sobre sus espaldas la decisión final de los comicios. Por ello, justo este sector joven, relacionado con medios de información claves, con intereses y previsiones para el futuro deberían ser los más interesados en informarse a fondo y cimentar una postura informada y definitiva. ¿Es así a la fecha?; pues no. Porque el meme es más duro que la noticia certera, hay mundial, series interesantísimas y… es política: y como jóvenes, la mayoría sabemos de política lo que vemos en videos graciosos de Facebook o la avalancha de memes tras cada debate. ¿Es culpa de los jóvenes entonces estar tan poco informados y tan indecisos?, tampoco, esto es un problema de índole pública, y como todo lo del pueblo, el pueblo es el culpable.
Comencemos por la parte “superior” de la comunidad, los candidatos y servidores públicos. Sabiendo que los jóvenes somos mayoría, nuestros alegres y “chuscos” candidatos, han hecho lo que ha estado en su poder por lograr mantenerse interesantes y relevantes en las redes que son nicho del nativo digital llamado: chavo. Que si tomando una cerveza con la “raza”, como algunos candidatos entre cuestionamientos, escusas y “díganle al INE que yo no fui”. Que si hacer perfiles falsos con fotos de “mujeres bien agraciadas”, para difundir noticias a portales serios y publicar memes ominosos contra el contrincante de cuidado, ¿verdad, equipo poco creativo de comunicación de cierto partido ecologista y verde? Sin olvidar claro candidatos independientes de partido, pero dependiente a ciertas elites que le profesan esperanza, mas no levantan. O ciertas candidaturas, como la de MORENA a nivel municipial, que, en aras de ser leal al juego limpio y no abusar del dinero recto y bien utilizado, terminan por convertirse en una imagen gris del partido favorito a nivel federal, y poco cuajado a nivel local. Es decir: nadie encontró el atajo fácil para ser reconocido. Todos terminaron, o en el escándalo de lodazal y guerra sucia, o en el anonimato y desconocimiento de la agenda pública. y si no mencionamos al partido oficialista (del cacicazgo) por excelencia, pues… así de mal esta su imagen local. Así de irrelevante se ha mantenido sabiendo el castigo en urnas que le espera en todos los escalones del poder.
Sin embargo, por más que nuestro sueño guajiro nos ilusione; no, la culpa no es toda de los partidos. En parte (la mayor), pero no toda. Por ello, comienzo por extender una disculpa sincera al ciudadano que esté leyendo esto. Pido perdón a la ciudadanía por todos esos medios que, amalgamando la nota roja con la amarillista, iniciaron una electoral sección de nota anaranjada donde se dedicaron a viciar de información poco certera las candidaturas. Fraudes del congreso, acusaciones mayores contra candidatos, bolas de lodo volando sobre nuestras cabezas ya turbias y sin certeza de por sí. Me disculpo por esos medios que agendaron semanas de mundial, abandonando el análisis necesario para la crítica democrática. El rincón se disculpa por esas noticias generalizadas, de nota rápida y poco informada que han puesto en boca de lobo la elección de los ciudadanos, coaccionando el voto con posibles amenazas del crimen organizado, con frívolos análisis de los candidatos, solo en superficie y no por sus proyectos. El cuarto poder se ha mermado intentando hincarse al nivel del entretenimiento, y la consecuencia, es una ciudadanía sin los medios correctos para decidir en la región que nos compete.
De la ciudadanía joven como parte del problema ni hablemos. Todos conocemos a un amigo desinteresado, que apenas comienza el tema de la votación y se da la vuelta o pide tajantemente que cambiemos de tema. Ese amigo que busca ignorar su realidad, simplemente siente que nada cambiara, y puede tener algo de razón. La generación encima de nosotros, nuestros padres, abuelos y tíos, en su mayoría, tienen el mismo sentir, ya vivieron votaciones y cambios de régimen. Por eso los partidos locales buscan convencer a generaciones ya experimentadas, porque conocen el descontento de esa generación, intentan cuidarlo y hacerlo cambiar de opinión, y en esa búsqueda desamparan a los jóvenes por creerlos poco serios y con intereses lejos del político.
Somos una ciudadanía pequeña, en una zona del altiplano en constante cambio y transformación. Somos aquellos que heredarán las instituciones y los proceso, no podemos ser indiferentes ni negligentes con los mismos, por una razón: ninguno de los candidatos, sean para alcaldes, diputaciones, senaduría o lo que sea, ninguno de ellos, hará que las cosas cambien. Si algo debe quedarnos claro como jóvenes, justo en esta elección tan viciada de proselitismo desleal y candidaturas cubiertas por la neblina del bullicio, es que la necesidad del seno social siempre ha sido cambiada por las personas. Los problemas de México, desde tiempos remotos se han solucionado por el pueblo, no por el gobierno. Y en otro sentido, ni el partido, ni el candidato, ni ningún apellido, ni conocido, ni amigo, ninguno de ellos… va a cambiar el ambiente económico. Esta parte siempre es definida por las instituciones y su relación con el poder. Instituciones que nosotros construimos y debemos buscar regular. Puede que ninguna opción se vea tentadora, convincente o que valga la pena la salida en domingo al mediodía. Sin embargo, se espera de los jóvenes, por pertenecer a la (mal llamada) “era de la información”, un voto informado, pensado y meditado hasta sus últimas consecuencias. ¿Ya decidiste a ciegas por quién tacharás la boleta?, investiga dos propuestas de tu candidato seleccionado y piensa si te favorecen en algo. ¿Ya tiene un voto informado y estas más que decidido a votar por tu opción? Piensa de nuevo las razones por las cuales votaras y que tan comprometido estás con hacer valer las promesas que te hicieron en campaña, si estarías dispuesto a ir a presidencia a exigir una reunión con el candidato electo si no cumple, con el diputado si se hace de la vista gorda. ¿No vas a votar en definitiva?, bueno, ¿quién te hizo tanto daño? ¿Crees que tu voto no servirá de nada?, pues ve a votar y cerciórate con la experiencia. Sin importar si los candidatos nos han considerado o no, nuestro voto joven debe estar perfilado a sentar un precedente, a dejar en claro que, cuando el país requiere un cambio, estaremos dispuestos a participar en la coyuntura que se presente. Si logramos esa mayoría el futuro presidente municipal, sea quien sea, entenderá que la juventud comprometida con la política demandará y hará valer su elección.
No seamos la juventud desinteresada que la política de antaño sobreviviente ya cree que somos, comprometámonos con un proyecto democrático más grande que nosotros y, quizá, algún día el poder entienda que no puede servir al pueblo joven con gobierno viejo.