Por Lic. María Teresa Leyva Nava
Psicóloga Clínica
En conmemoración al día Internacional de la Mujer así como toda la lucha, la educación y las diferentes actividades que se han realizado a lo largo del tiempo, por hombres y mujeres y totalmente conscientes de que el camino para la igualdad es todavía largo y se hereda a las siguientes generaciones
De manera personal recuerdo que tenía alrededor de 8 o 9 años cuando me enteré del primer feminicidio que me tocó conocer en este mismo lugar donde vivo, recuerdo ver la policía en el lugar y cómo es de esperarse hice muchas preguntas a mi mamá que me acompañaba mientras llegaba al colegio, ¿porque la mataron? ¿Tu esposo puede matarte? ¿Porqué? ¿Porqué en el lugar donde se crece, se cuida, se apoya, donde se es vulnerable pueden suceder esto? a medida que fui viviendo más, resulta que te puede pasar en todos lados.
Cierto día platicaba con un hombre sobre su adolescencia y la libertad, su sentido de bienestar y felicidad era grande, pero yo recordaba mi adolescencia siempre cuidada, de no salir, de no hacer, con quien estaba etc. Existe entonces una diferencia, sensaciones de acoso y ser perseguidas como un animal indefenso ante el depredador, pero ¿porqué el depredador se pone encima de esta “cadena alimenticia”? ¿Porque puede? No, esto lo aprendí tiempo después estudiando la conducta, de acuerdo con el psicólogo Lundy Bancroft quien se especializa en temas de violencia y control, especialmente en hombres, bien es cierto que existe una ventaja física, el problema con los hombres abusivos es el control y esta semilla es de tipo cognitivo piensan que este derecho se les ha otorgado, por cultura generalmente, existen antecedentes de tener una infancia donde vivieron violencia y están enojados, solemos pensar que tienen problemas de autocontrol y explotan, pero cuando hacen uso de la violencia es porque su mujer no quiere someterse, este es un momento peligroso, ya que pueden ir en aumento las agresiones, generalmente cuando la mujer decide dejarlo, el objetivo por supuesto es que realices todo lo que él quiere, puede utilizar discursos donde niega lo que hace (te golpee jugando, lo qué pasa es que luego no aguantas) donde devuelve la responsabilidad de sus actos ( ese dinero lo use yo porque tú eres muy tonta, inútil, gastadora, etc) y justifica lo que sabe está mal ( esa mujer necesita que un hombre la controle, porque si no imagina lo que haría, necesita que alguien la ponga en orden) o también tiende a aislar a la víctima socialmente de manera que no cuente con redes de apoyo familiares o de amigos ya que estas personas pudieran influir o ayudarte ( ya no quiero que visites a tu familia porque allá te meten ideas y después discutimos) , miente por todo o se hace la víctima ( ¿porqué tengo que darte pensión alimenticia, cuando lo que gano es muy poco?, me estas dejando sin comer).
Lo que hace mal nunca es su responsabilidad y generalmente culpa al alcohol o a las drogas de ser el problema, lo más probable es que aunque deje de consumirlas la característica de ser abusivo y controlador persiste. Observas que “sus reglas” que aplican para la mujer no aplican para él, él puede tener amigas mujeres pero tú no puedes hablar con nadie del sexo opuesto, o puede gastar mucho dinero en cosas innecesarias pero tú tienes que correr con la responsabilidad de los gastos necesarios por poner algunos ejemplos.
Recuerda que no estás imaginando nada aunque él trate de convencerte de lo contrario, escucha a tu intuición, es importante que confíes en lo que observas, ves y sientes y no pierdas los detalles de la realidad, negar o justificar el comportamiento abusivo solo hace que se perpetúe el ciclo o dinámica de control. Acude a personas que tengan formación adecuada y conozcan a profundidad el tema, encontrarás mejores soluciones. Fortalece tus redes de apoyo familiares y de amigos y recuerda que siempre se puede salir de ese círculo de control y abuso.