Por Yoscelyn Leyva Bustamante
Los caso de feminicidios y homicidios dolosos son un tema muy sonado en la actualidad, un tema que se habla todos los días a cualquier hora, un tema que escuchamos en la televisión, las redes sociales e incluso en nosotros mismos, pero ¿Por qué este problema ha crecido de manera tan rápida?, ¿Es un problema que enfrentamos solo en la actualidad?, ¿Cuál es el verdadero problema?
Primero, este problema no es actual, México es un país en dónde la más importante figura divina es la virgen de Guadalupe, la adora, la veneran, que representa la figura materna y protectora; México es un país donde a la madre nunca le falta su mariachi el 10 de mayo, pero también es uno de los lugares más peligrosos para ser mujer. Solo en el primer trimestre del año 2020, 964 mujeres fueron asesinadas en el país: 720 de los casos están clasificados como homicidios dolosos y 244 como feminicidio, según cifras de las fiscalías estatales, compiladas por el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Otro punto importante aquí es la impunidad, es la consecuencia de la falta de investigación y castigo de quienes cometen delitos y violaciones a derechos humanos. En México, la impunidad se debe en gran medida a que las víctimas no denuncian los delitos, ya que no confían en las instituciones por considerar que actúan de forma negligente, o bien porque consideran que es una pérdida de tiempo acudir a la justicia.
Podríamos hablar de una lista extensa en donde las víctimas siguen sin recibir justicia y el agresor sigue impune. Casos como el de Alexandra R. de 15 años salió de la casa de su madre el viernes 12 de julio a las 20 hrs., sin embargo ya no llegó, fue encontrada brutalmente asesinada y sin ropa al día siguiente.
Entre otros feminicidios, el cuerpo sin vida de otra mujer, a la que también prendieron fuego, fue hallado en el interior de una barranca muy cerca donde fue encontrada Alexandra, en municipios del Estado de México. Marialín «N», de 30 años de edad, quien se hallaba desnuda de la cintura para abajo y a la que prendieron fuego.
Se halló meses después otro cuerpo de una mujer, con el rostro totalmente desfigurado y al lado un pedazo de concreto, con el que al parecer, le aplastaron la cabeza.
Y en este punto es donde se formula la pregunta más importante, ¿Y el culpable?, bueno probablemente está cazando su próxima víctima, en su propio paraíso. El Estado de México que tiene particularidades factores que hacen vulnerables a las mujeres, el machismo arraigado aunado a la pobreza, hacen un caldo de cultivo para se gesten este tipo de acciones. Fue en este estado donde también operó el “Monstruo de Ecatepec”, que mató a varias mujeres en complicidad con su esposa.
Cabe señalar que el Estado de México, se ubicó de enero a la fecha en segundo lugar de todo el país con más asesinatos de mujeres, y el primero en incidentes de violencia contra ellas. Ante el crecimiento de la violencia a lo largo del país, la violencia de cualquier tipo contra las mujeres se ha incrementado de forma verdaderamente alarmante. A pesar de eso, no se han implementado, ni en nivel federal como local, las medidas necesarias para erradicar la violencia de género. Al contrario, lo único que se ha observado es la omisión que ha generado las autoridades de los distintos niveles de gobierno que parecen buscar una forma de no hacer visible la gravedad del asunto, solo se crean más espacios para remediar los daños ya hechos, como centros de atención para personas que ya son víctimas, lejos de enfrentar y combatir sus causas.
Se prefiere remediar daños, y sólo si el agresor no resulta culpable, queda libre, en un país corruptible, impune, injusto, machista y misógino, en donde la voz femenina es reprimida, censurada e ignorada. México sin duda es un paraíso