LA MASCULINIDAD TÓXICA: Y su relación con los medios.
Por Adrián Martinez Nava
En México, desde principios del siglo XX, la mujer ha deseado un papel más activo en la vida social y político del país ofreciendo su apoyo. En 1910, las “Las Hijas de Cuauhtémoc” en su lucha antirreeleccionista. En 1916 se celebró el Primer Congreso Feminista en México, cuya misión era exigir el derecho al voto ciudadano para las mujeres. El cual, fue omitido en la constitución de 1917.
Yucatán vio a la primera mujer diputada en el país, cuando Elvia Carrillo Puerto, fue elegida en el congreso local por el V distrito, el 18 de noviembre de 1923. No obstante, su periodo sería corto, debido a que amenazas de muerte la obligaran a renunciar.
En 1952, miles de mujeres se reunieron en el parque 18 de marzo en la capital demandando a Adolfo Ruiz Cortines, candidato en ese momento, que asegurara el derecho al voto femenino una vez tomara poder. Quien, al año siguiente, el 10 de octubre de 1953 promulgo las reformas que haría esto posible.
El pasado 16 de agosto, mujeres tomaron las calles de la ciudad de México para denunciar la violencia policial y de género contra la población femenina en nuestro país. Todo a raíz de la violación de una menor de edad, realizada por cuatro miembros del cuerpo policiaco y la subsecuente exposición de datos personales sobre la víctima, para que desistiera del proceso de denuncia.
Y, aun conociendo las causas de la marcha, los niveles de inseguridad que existen en el país y las estadísticas sobre la cantidad exorbitante de feminicidios que existen; los medios estaban más preocupados por reportar la aparente violencia e “infierno” que se desató esa tarde.
Se estima que, en México, son 9 feminicidios los que ocurren al día en la capital del país. En San Luis Potosí, dos mujeres más fueron encontradas, una muerta y otra murió mientras recibía tratamiento médico para las quemaduras que cubrían el 60% de su cuerpo, sólo en los 3 días siguientes a la fecha de la marcha.
Sin sorprender a nadie, los principales detractores de este movimiento y quienes niegan la existencia de los feminicidios, descartándolos como sólo homicidios con una palabra especial para que las mujeres reciban más atención de la que ya tienen, son en su mayoría hombres. Y eso es un fuerte indicador de para qué lado cojea la educación de género en este país y el mundo en general.
Pero sería injusto de mi parte poner la carga de estas injusticias en individuos específicos y no en sistemas que promueven injusticias estructurales establecidas a través de la historia por el grupo políticamente y económicamente dominante. Y los medios, incluyendo formas de entretenimiento son culpables de esparcir este tipo estructura, conscientemente o no.
La historia es cada vez más desfavorable con este tipo de demostraciones de “valores” morales, los cuales favorecen a una persona sobre la otra, especialmente al Hombre Blanco Heterosexual Cisgenero sobre cualquier otra parte de la población. Hollywood, ha hecho su misión crear nuevas maneras de hacer cine, poniendo a la minoría oprimida en el centro del escenario; y a menudo, casi siempre trata de establecerse como estandarte de todo lo que es progresista e inclusivo de este lado del océano. Económicamente rentable o no.
Habiendo dicho eso, es difícil ignorar la huella que en tiempos pasados los medios de comunicación plantaron a través de múltiples generaciones, sobre un orden universalista, con el hombre a la cabeza y las conductas que se relacionan con eso. Principalmente la que ahora llamamos Masculinidad Tóxica, la cual podemos ver en acción cada que abrimos Twitter, o la sección de comentarios de una nota sobre la marcha del pasado 16 de agosto.
¿Pero qué es La Masculinidad Toxica? Los no esclavizados por el feminismo preguntarán – Esto fue sarcasmo, por si no se lee así -. Por lo general, este término lo usan para describir comportamientos masculinos que predica en el abuso y conductas predatorias. Cosas como el acoso, arranques violentos, homofobia, sexismo, entre otros.
Este término suele estar rodeado de polémica y puede llegar a poner a cierta gente a la defensiva.
Primero que nada, ¿qué es masculinidad? – Masculinidad es una serie de conductas o actitudes tradicionalmente asociadas con el ser hombre en nuestra cultura. Esto incluye conductas positivas y negativas.
Por el otro lado Masculinidad Toxica, es un término que se usa para describir conductas dañinas y destructivas que están relacionadas con lo que la sociedad identifica con el hombre, y es una forma de englobar acciones que buscan humillar, dominar y controlar. Se caracteriza, principalmente en los medios, con desapego emocional e hiper-competitividad, la objetivación de la mujer, además de otros comportamientos predatorios de carácter sexual.
Usando agresión, intimidación y violencia es como se logra establecer lo antes mencionado. Y se define en directa oposición con todo lo que está asociado con el ser mujer.
Pero empecemos con un ejemplo en el que todos podamos acordar tiene comportamientos reprensibles, y avanzar de ahí a formas más aceptadas por el público en general de este tipo de conducta.
Podría usar ejemplos fáciles, como Donald Trump, el actual presidente de los Estados Unidos de América, pero creo que social y moralmente nos es más fácil distanciarnos de él, por la forma en la que los medios nacionales lo enmarcan. Trump, ya no es un humano en ojos de la mayoría de los mexicanos y, por ende, sus acciones, aunque las repitamos nosotros mismos, inconscientemente las consideramos algo de lo que nosotros seriamos incapaces de manera consciente.
De la misma manera, Cualquier villano de telenovela está creado con estas actitudes de manera exagerada para que, indiscutiblemente, sea alguien a quien reconozcamos como inherentemente malo. Principalmente aquellos que no ven a la protagonista como un ser humano, si no como un objeto y buscan humillar de manera violenta al hombre protagónico.
Algo más cerca a los corazones de todo mexicano, son aquellos actores que siempre estaban en el papel del héroe y sus acciones eran incuestionables, ya que la película los presentaba como fuentes incuestionables de todo lo moralmente correcto. Protagonistas, que inevitablemente terminarían en duelos de masculinidad con otro hombre, que al igual que ellos, con botas y sombrero, buscan la atención de la más bella de las mujeres. Pedro Infante, Jorge Negrete entre otros, contribuyeron a esta creciente idea de superioridad, pero ellos eran tratados diferente por las cámaras.
No todas las actitudes que estos protagonistas tenían en pantalla añadían a este problema, pero si muchas, especialmente las que se referían a sus interacciones con el papel protagónico femenino. El “no” es un “si”, inmiscuidos con la cultura de acoso, que es puesta en otra perspectiva, por virtud de ser quien la audiencia tiene que admirar.
Pero sólo para ser claros, debido a que estoy hablando de personajes o actores que personas suelen tener en muy buena estima. Masculinidad Tóxica no es un ataque contra lo que significa ser hombre o la hombría, busca señalar un conjunto de actitudes y prácticas culturales que resultan dañinas para otros miembros de la sociedad, como del mismo hombre. Y ninguno de esos comportamientos son específicos, ni biológicamente relacionados con ser hombre.
NO HAY NADA TÓXICO EN SER HOMBRE, pero hay hombres que actúan de maneras tóxicas.
Aunque, en televisión es más fácil identificar estos comportamientos, por la exagerada naturaleza de quienes los demuestran. Esto también lo hace más fácil que nosotros como espectadores nos distanciemos de ellos, y nos sea más difícil percibirlos en nosotros mismos o en otros en la vida real. Pero de igual manera, a través de la televisión o el cine, es más sencillo que alguien adquiera estos comportamientos, ya que están adheridos a potenciales modelos a seguir. Es como un arma de doble filo.
Y si, antes de que alguien me reclame, las mujeres también pueden ser alentadoras de este tipo de comportamiento, pero no por las mismas razones. En ellas se debe más a una misoginia internalizada, la cual ve este tipo de comportamientos como normales. En el mundo, la crianza ayudar a formar gran parte de tu identidad, de cómo actúas, interpretas y te relacionas con la sociedad. Si en un hogar una niña, quien ya viene con una etiqueta desde que nace, se le enseña que ciertos comportamientos son normales, lo internaliza y reproduce en el mundo.
Es un tema muy complejo y con muchas capas, pero lo que nos interesa es como los medios ayudan a reproducir la Masculinidad Tóxica.
Regresando a lo anterior. Bell Hooks dijo: “En la cultura Pop es donde el aprendizaje está (…) es también de donde recibimos la mayor parte de nuestra información, sobre como pensar, como comportarnos en varios aspectos. Como en cuestiones de raza o género”.
La cultura popular, es la principal influencia dentro de un mundo globalizado y eso moldea como queremos, y de qué manera queremos la información que se nos presenta. Las noticias, obedecen a estudios demográficos, los mismos que influyen en el entretenimiento, que a su vez influyen en la gente que ve las noticias. Es un ciclo, que puede sonar confuso, pero no lo es. La comunicación es recursiva y se retroalimenta de sí misma la mayor parte del tiempo. Es como… si los medios de comunicación fueran parientes y se casaran entre ellos.
La televisión y el cine alimentaron mucho tiempo un monstruo que alienaba y segregaba a segmentos de la población, para mantener un estatus quo que beneficia sólo a unos pocos, y hay quienes se rehúsan a dejarlo ir. Es por eso, que la afluencia de noticias sobre la marcha es sobre “el caos y destrucción que las feministas provocaron esa fatídica tarde de verano”.
No me sorprendería que un día sacaran un encabezado diciendo: “Los cinco continentes vivían en armonía, pero todo cambió cuando la nación feminazi atacó”.
Chistes y sarcasmo de lado. Los medios que informan de manera incompleta y escandalosa no deberían tener lugar en la sociedad actual. No estoy diciendo, “sólo hablen bien de esto o del otro”, estoy diciendo que su deber es ser objetivos y ayudar a la gente a crear una imagen socialmente responsable de quienes son en el mundo.
Si, la cultura popular es donde el aprendizaje está, entonces es nuestro deber hacerlos responsables y recordarles que sí, este es un nuevo mundo con diferentes necesidades y necesitamos que las respeten y actúen de manera más responsable y respetuosa hacia nosotros, su público.