Las expectativas de vivir
Por Samantha Torres
El vivir a la expectativa de otros es algo muy común hoy en día; que nuestra vida dependa de “la bondad” de nuestros vecinos, jefes y gobernantes, y que nuestras actividades y planes estén subordinados al humor y caridad de los que nos rodean se ha convertido en parte común de nuestro diario existir, y sería injusto de mi parte decir que no hay quienes intenten salir de esa dinámica o que impongan su voluntad por encima de estas convenciones sociales modernas, pero ¿acaso podemos todos escapar de este sistema de dependencia? Les diré qué, tal vez podamos, pero el cómo, no es una respuesta novedosa, al contrario, se ha repetido hasta el cansancio a través del tiempo; si queremos mejorar nuestras vidas, hacerlas más ricas e interesantes, tenemos que empezar a cultivarnos más en todas las artes, empezando con la literatura, para muestra un botón.
Los libros se pudren en las repisas de las bibliotecas, el moho cubre sus carátulas, las y los bibliotecarios se aburren de sus trabajos y organizan reuniones de todo tipo dentro de estos espacios públicos, pero reuniones que tengan que ver con todo, menos con la lectura, porque desafortunadamente eso no llena el lugar nunca, las cifras que entrega este año el INEGI sobre la lectura en México ya no resultan alarmantes para nadie, se vuelve más bien algo triste y repetitivo, el mexicano promedio lee poco y eso poco que lee en su mayoría son foros en Internet (y no voy a repudiar esta herramienta que tanto aporta a la humanidad, sería hipócrita de mi parte hacerlo, pero hay que recordar que para informarse correctamente usando el internet se necesita un ojo crítico y contrastar información, cosa que pocos hacen). Así que volvemos a lo mismo, y de hecho peor, en comparación al 2015, se redujo un 8% la cantidad de gente que leyó por lo menos 1 libro, es decir en 2015 50 de cada 100 mexicanos leyeron al menos un libro, pero en esta última encuesta ese número se redujo a 42 de cada 100.
Si yo dejara hasta aquí mi columna no estaría más que repitiendo lo mismo que ya sabemos (con y sin encuestas del INEGI) que en México cada día se lee menos, pero hay algo que todavía podemos agregar a estos espantosos resultados, la OCDE (La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) reveló que en nuestro país va disminuyendo la cantidad de población que pertenece a la clase media (que gana entre 75 y 200% del ingreso nacional medio) y también nos indica que cada día es más difícil para las nuevas generaciones la movilidad social, es decir que la mayoría de los millenials ya no podremos ingresar a ese sector económicamente estable al que nuestros padres ingresaron a sus veintitantos, no, ahora es cada día más difícil aspirar a esa estabilidad, tendremos que conformarnos con trabajar el doble para poder subsistir, desalentador ¿verdad?.
Usemos nuestra aguda capacidad de análisis, unamos puntos, México cada día lee menos, la pobreza incrementa y las poblaciones jóvenes tienen dificultad para generar ingresos dignos, la respuesta fácil es que estas tres cosas van de la manos; la respuesta difícil es identificar qué causa qué, ¿el “analfabetismo por elección” genera poblaciones menos capaces y educadas que por ende no se preparan y reciben ingresos menores afectando a sus futuras generaciones? o ¿la crisis económica genera grupos de población que trabajan cada día más y buscan tecnificación pero no profundización en el conocimiento, pues el ingreso que produce una especialización ya no es suficiente y es más accesible un trabajo manual que requiera muchas horas y que al final del día ya no deje tiempo para leer? Complicado verdad, la respuesta exacta dudo mucho que la hallemos, pero lo que es verdad para bien o para mal es que el capital cultural se vuelve un condicionante del tipo de vida, el fortalecimiento de las artes (incluyendo a la literatura) es lo que nos dará esa porción de libertad que todos necesitamos, si queremos dejar de depender de la buena voluntad y las ganas de todos a nuestro alrededor, debemos ser capaces de autosatisfacernos en todo sentido, para eso necesitamos formarnos y no hay mejor manera de hacerlo que con ayuda de los libros.
Fuentes: https://www.oecd.org/centrodemexico/laocde/
https://www.milenio.com/opinion/gil-games/uno-hasta-el-fondo/inegi-informa-sobre-la-lectura
https://www.forbes.com.mx/cuanto-debes-ganar-en-mexico-para-pertenecer-a-la-clase-media-o-alta/