Las mujeres detrás de la Burka
Por Yoscelyn Leyva Bustamante
La jaula de velo, con finos bordados de seda color turquesa, que enfundan, como cualquier otro objeto, una joya Afgana que sueña, con algún día liberarse.
“Los hombres molestan y amenazan a las niñas pequeñas. Los hombres nos tocaban y nos hacían otras cosas, y por eso dejamos la escuela. Eran hombres de la localidad que vivían cerca. Nadie hizo nada por detenerlos, nos pasó a muchas de nosotras. Muchas niñas dejaron la escuela por esto, más de cien abandonaron los estudios. La población de Kandahar no permite que sus niñas vayan a la escuela”. – Chehrah, una niña de 16 años que vivía a solo 100 metros de una escuela en Kandahar. Debido al acoso, le pidió a su padre si podía ir a otra escuela cercana en un área que ella considera más segura, pero en lugar de ello la sacó de la escuela en forma permanente, a la edad de 12 años.
“Pasaba en la calle justo frente a la escuela… Algunas estudiantes perdieron los ojos, les quemaban el rostro…La familia entera decidió que ninguna niña de nuestra familia irá a la escuela…Pero durante años los enfrenté y seguí los estudios”. – Maliha, de 17 años, estaba en el nivel cinco en una escuela pública cuando sus compañeras de clase fueron víctimas de un ataque con ácido. Quince estudiantes resultaron heridas, cuatro de gravedad.
Según el gobierno Afgano, 3,5 millones de niños no asisten a la escuela, y de esta cifra el 85% son niñas. Solo el 37% de las adolescentes están alfabetizadas, en comparación con el 66% de los varones adolescentes.
La elevada tasa de mortalidad es causada por la prohibición de recibir cuidados y atención médica de personal masculino y el matrimonio forzado, según la Comisión Independiente de Derechos Humanos del Afganistán, entre el 60% y 80% del total de matrimonios que se celebran en el país son forzosos y alrededor de un 46% de las mujeres afganas se casa antes de cumplir los 18 años y un 15%, antes de los 15.
En 2002, el índice de mortalidad materna del Afganistán era uno de los más altos del mundo. De acuerdo con el informe —elaborado conjuntamente por el UNFPA, el Ministerio de Salud del Afganistán y otros asociados—, por cada 100 000 nacidos vivos, unas 1600 mujeres morían debido a causas relacionadas con el embarazo o el parto.
Esto cambió considerablemente con las parteras, mejor conocidas como las matronas, fueron capacitadas por el UNFPA y las organizaciones asociadas apoyaron varios programas, según el informe del 2012 por parte del UNFPA sobre el estado de la población mundial, el índice actual de mortalidad materna en el Afganistán es de 400 muertes por cada 100 000 nacidos vivos.
Por aquellas niñas que no pueden acceder a la educación por motivos culturales, económicos y sociales, las que son obligadas a casarse para convertirse en madres a temprana edad, las que no pueden reír en voz alta, las que no reciben tratamientos médicos, aquellas que soportan azotes, palizas y abusos verbales por no vestir acorde con las reglas, las que forman parte de otra religión, las que luchan pos sus derechos y por todas las mujeres que unimos nuestras voces para ser escuchadas, feliz día internacional de la mujer.
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