María Elena Yrízar Arias
El abogado Jorge Alejandro Vera Noyola, el 31 de enero pasado, renunció de manera definitiva y voluntariamente al cargo de fiscal anticorrupción, que venía desempeñando desde el 27 de enero de 2018, lo que manifestó mediante un documento que presentó a la oficialía de partes del Congreso del Estado, argumentando que presentaba su renuncia de manera definitiva e irrevocable, a su cargo como fiscal especializado en delitos relacionados con hechos de corrupción, por así convenir a sus intereses y por razones estrictamente personales. La tarea que tenía que desempeñar Vera era integrar las carpetas de investigación emanadas de las múltiples denuncias de corrupción en contra de diversos funcionarios públicos y diputados de la anterior legislatura, principalmente sobre las acusaciones hechas por organizaciones como Ciudadanos Observando, que según Vera –en septiembre de ese mismo año– afirmó que deberían ser investigados, ya sea por la Fiscalía o por la visitaduría de la Fiscalía, desde luego, haciendo alusión a los funcionarios del gabinete estatal, así como a diputados y funcionarios del Ayuntamiento en San Luis Potosí, en el uso de empresas inexistentes para desviar fondos a través de compras simuladas. En esa ocasión, Vera Noyola aseguro que “tendrán que ser investigados y habrá que determinarse en su momento si existe o no responsabilidad”, y agregó que la división de la Fiscalía que él encabeza investigará solamente los hechos posteriores a la publicación de la Ley Orgánica de la Fiscalía General del Estado, que entró en vigor el 21 de agosto de 2018. El diputado local Rubén Guajardo Barrera, presidente de la Comisión de Justicia del Congreso del Estado, opinó que la renuncia de Vera Noyola a la Fiscalía Anticorrupción significa una inconformidad implícita con la política anticorrupción del fiscal, Federico Garza Herrera. El legislador manifestó su preocupación por el poco tiempo que permaneció en el cargo, “algo tuvo que suceder para que se tomara tal decisión”. Lo que se lee en La Orquesta del 4 de febrero, por redacción, titulado: Renuncia de fiscal anticorrupción refleja desacuerdos en la FGESLP. El secretario general del Gobierno del Estado, Alejandro Leal Tovías, consideró que esa renuncia no impacta a los procesos que se manejan dentro, ya que esa Fiscalía continúa trabajando con un encargado. Dijo que Jorge Alejandro Vera realizó un buen trabajo debido a que le tocó capacitar a su personal, y judicializó carpetas de investigación importantes como el caso de ex legisladores. El fiscal general del estado, Federico Garza Herrera, indicó que se tienen 60 trámites en esa fiscalía, por lo que están al pendiente del desahogo de las audiencias. Haciendo un análisis de los argumentos de Vera Noyola, es claro que el ex fiscal renunció porque efectivamente así conviene a sus intereses personales. Pero, entonces habrá que preguntarnos ¿qué cosas tenía en juego Vera Noyola? La respuesta es simple; primero, estaba de por medio su prestigio profesional, ya que no tenía la libertad plena de atender los temas más polémicos del juego sucio de los políticos, por un lado, y tampoco tenía luz verde para hacerlo, de este hecho se evidencia la falta de acuerdos con el fiscal Garza Herrera. El segundo aspecto fue que la Fiscalia a su cargo nunca tuvo la suficiencia económica ni los recursos humanos necesarios para el desempeño de su trabajo. Inclusive le quitaron la seguridad a que tenía derecho, por parte del mismo Congreso del Estado. El tercer motivo es personalísimo, ya que Vera Noyola, como miembro del Partido Conciencia Popular, es obvio que aspira a volver a ser diputado local, como lo han venido haciendo tanto su padre el diputado Óscar Carlos Vera Fábregat como el mismo ex fiscal, entonces Vera Noyola no podía darse el lujo de quemarse de oquis en un puesto, donde había sido designado para que no pasara gran cosa, como fue su caso. Además, ha trascendido el hecho de que el fiscal Garza Herrera no lo recibía y menos el gobernador del estado Juan Manuel Carreras, así es que, ante estas circunstancias, mejor lo pensó bien y optó por renunciar a tiempo y que esto no le perjudicara más en lo personal y sus aspiraciones políticas. Entonces, al no llegar a ningún acuerdo con sus superiores y no tener independencia para actuar por sí mismo, entendió que ya no tenía nada que hacer en ese puesto. Ya que en los dos años en que estuvo allí, no se consignaron las carpetas de investigaciones de los grandes corruptos que se han vuelto intocables. Entonces Vera Noyola no quiso tomar el riesgo de parecer un monigote o un corrupto más, que no dio los resultados que esperábamos de su trabajo. Tiene razón entonces al argumentar en su renuncia las razones por las cuales dejaba la Fiscalía, por no convenir a sus intereses. Pero muy en el fondo, a lo mejor no quiso verse como un pelele. Sus razones son claras y legítimas. mariaelenayrizararias@gmail.com