Pie de foto
Por Liz Mireles
Creo que todos los que tienen más o menos mi edad, tenemos en casa de nuestros padres o abuelos álbumes familiares. A mí me gusta mucho verlos cada que voy a ver a mi papá. Quisiera poder recordar todo lo pero es imposible. Por eso me gusta ver las fotos, porque me cuentan pedacitos de la historia y me encanta imaginar cada una, aún si no acierto.
Ahora con el boom de lo digital, tomamos fotos cada minuto y muchas de ellas se pierden en ese mar de datos.
No hay fotos mías o de mis hermanas de adultas, de mis hijos o de los yernos en esos álbumes, son ellos precisamente los que al ver estas imágenes presionan ese botón de la nostalgia porque les intriga saber qué hacíamos en ese lugar, quiénes son los que salen en las fotos, cómo se llaman, cuántos años teníamos; vuelven recuerdos, la mayoría gratos.
Tengo una idea, un proyecto para la familia, cada vez que nos juntemos, hojearemos los libros de fotos, haremos apuntes y será un ejercicio interesante, algo así como:
La niña que fui permanece aún en las fotografías. El tiempo ahí, está detenido.
Escondida bajo la cama veía el mundo desde mi propio horizonte.
Casi no recuerdo a mi abuelo Panchito, lo veo en una imagen borrosa, sin sonido. Por más que intento, no puedo recordar ni su voz, ni su cara. Murió cuando era pequeña.
Amaba correr. Siempre había algo que perseguir. También alguien de quien huir.
La niñez en el colegio, siguiendo reglas, participar de los desfiles, los bailables; las monjas de cabello corto y el olor de los zapatos limpios, negros, siempre negros.
Blanco para el bautizo y la primera comunión, negro para los funerales, azul para las fiestas; solía creer que el mar se veía así.
El viaje aquel que hicimos a Veracruz. No podía haber mejor reseña, todos sonrientes, abrazados y juntos.
Nada más memorable que una foto de cumpleaños. Los niños que ahí sonríen lo hacen porque así se les pidió, detrás de cada sonrisa se ignoran sus sueños.
La casa se ve en construcción.
Fui niña poco tiempo, ni siquiera recuerdo haber nacido.
Estas fotos se hicieron viejas. No sé si mienten o todo lo contrario.
Cada vez que las observo, cambian los recuerdos.
Ayer veía las fotos del álbum, cada una parece contar la historia de personas diferentes.