Protocolo de protección a periodistas; un mal chiste
7 junio, 2019

Protocolo de protección a periodistas; un mal chiste

Por José Ismael Leyva Nava

Terminas la investigación, esa que iniciaste meses atrás, que surgió apenas con un rumor, con una coincidencia o con la mucha suerte que debes de tener para saber casos de relevancia publica. Ya paso por revisión, ya contrastaste, ya enfrentaste los datos de una y otra fuente, ya le diste un enfoque, ya lo tienes en la plataforma.. sin embargo paras a pensar y repensar en las posibles consecuencias que tendrá la publicación de tus letras, dudas un momento.. oprimes enter y lanzas la investigación al mundo digital poniendo luz a un asunto publico que estaba en la obscuridad, esperas, resistes..

Solo quien ha realizado periodismo de investigación comprende palmo a palmo las letras anteriores. Según la organización internacional Art 19, en la gran mayoría de los casos el origen de las agresiones o amenazas a periodistas en México, proviene de los funcionarios públicos y también en la gran mayoría de los casos se resuelven a favor del periodista solo 1 de cada 100, y en sentencias condenatorias apenas el 1% de los casos para agresores a periodistas.

El estado creo un protocolo de protección a periodistas que se viene implementando en los últimos 5 años, y consiste en la protección al periodistas a través de los diferentes cuerpos de seguridad y que dependiendo de la gravedad de la situación, se ejerce de manera personal las 24 hrs o a firmas de visitas para confirmar que estas vivo y en funciones.

Sin embargo el protocolo solo se ha vuelto un mero tramite para quien lo solicita, y un enfado para quien tiene la obligación de brindarlo y se vuelve tan burocrático para los agentes encargados de realizarlo que hasta llegan a acosar al periodista o activista para que le den la firma en los reportes de visita, situación que deben de hacer como una obligación más a su encargo de brindar seguridad a la población.

Y San Luis Potosí no es la excepción a la regla, según la Fiscalía General a través de su unidad de atención inmediata en el oficio ADTVO/044/2019 desde el 2016 solo se han presentado 30 casos de denuncias contra periodistas de agresiones, amenazas, lesiones, robo u homicidio, de los cuales ninguno se ha resuelto.

La fiscalía ni siquiera tiene registros de medios agredidos, o funcionarios señalados, es más, la mayoría de los casos lo turna a la unidad de tramitación común, donde el expediente se pierde en el tiempo, que hace amarillas unas paginas de quejas legitimas de quien espera justicia y no la recibe.

Esto contrasta con el reporte de la CEDH donde da cuenta de 51 quejas iniciadas por periodistas, de los cuales 34 se señalan directamente servidores públicos como responsables, la CEDH ha emitido solo 2 recomendaciones a favor de periodistas.

Si bien los ministerio publico y la CEDH emiten las alertas correspondientes para la activación de los protocolos de inmediato, las instituciones de salvaguardar al periodista o activista no responde como debería, si acaso hace un visita de 10 min donde lo que más le preocupa a la corporación, es que se llenen los formatos de la visita e incluso vistas anteriores que no realizan, pero que les piden para cumplir con el requisito.

Prueba de que el protocolo es un mal chiste es la muerte del pintor y activista Héctor Domínguez que a pesar de contar con el protocolo de protección, llegaron hasta la sala de su casa y lo asesinaron a él y a su familia, otro mal chiste es la protección que le debieron de dar a Edgar Esqueda en el 2017 que también ultimaron, caso que todavía no se resuelve y no se ve para cuando.

Quien ejerce el periodismo debería tener la plena garantía de seguridad en el ejercicio de su profesión(cosa que ha quedado a deber el estado), ya que la verdad que muestra, es un real agente del cambio de un sociedad de la que necesita reconstruir su tejido social. Quienes ejercen el periodismo hoy en día necesitará del apoyo de la sociedad para ejercer su profesión, ya que se avecina un tiempo incierto que tal vez quieran callar las voces, esas que tantas veces usaron para llegar al poder, para exponer al viejo régimen y que hoy toman como criticas y ataques, no nos soltemos las manos.

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