Revolución sin caudillo.
15 mayo, 2017

Feliz día del maestro

Por Samantha Torres

La experiencia social que te brinda el ser maestro, no se compara a casi con ninguna otra, puedes ver a los ciudadanos en formación que serán parte o más bien son parte del país, el ser maestro a cualquier nivel, te permite no solo ver de cerca sino vivir la experiencia de interactuar con las generaciones más recientes de mexicanos y poder ver en ellos, en muchos de ellos, la sinrazón de generaciones pasadas, la ignorancia de tu misma generación o la esperanza de una nueva y mejor formada mentalidad; admitámoslo, pretendemos muchas veces dotar a los jóvenes con todas las características malas de la sociedad, olvidando entre a propósito y entre que no, de que somos nosotros (no solo los maestros sino todos los que vinimos a este mundo antes que ellos) los que los formamos, y que si bien no podemos ni debemos atentar contra el libre albedrío de ellos, dejarlos a la deriva es un crimen, esperar a que la televisión y el Internet los formen es aún más grave.

Quiero querido lector que mis palabras no sean al aire, que esto no quede como otro discurso moralista hablando emotivamente de la esperanza de México, los jóvenes, no, más bien mi deseo es llamar a la reflexión, sobre cómo influye nuestro actuar en todos los que nos rodean y eso incluye a las generaciones más recientes.

Hace poco escuché de un conocido una anécdota que puede ayudarnos como caso de estudio para esta reflexión que estamos logrando, dejen les cuento; mi conocido escuchó a dos jóvenes de por aquí, hablar de cómo ayudarían a la región, y se proyectaban así mismos como futuros dueños de ranchos y dando empleo a los “indios” de la localidad (palabras textuales de ellos). El enunciado está mal desde varios puntos de vista, pero es una muestra muy representativa de la realidad que vivimos, así que vamos a analizarla, en primer lugar hay que entender que en el altiplano potosino ya no hay grupos indígenas porque fueron exterminados por los españoles y aunque no dudo que quede algún descendiente habitando por ahí, no podemos hablar de que sean una etnia conformada (los huicholes no cuentan porque ellos vienen en temporadas solamente y no habitan la región ni son originarios de aquí) en segundo lugar, me atrevo a decir, que los muchachos tal vez quisieron hacer uso de la palabra “indio” de forma despectiva, lo cual es un error gravísimo, deja ver ese enorme rasgo de discriminación que aún impera en México, y que a pesar de ser un país multicultural y diverso, no por eso es integral y en tercer lugar, cuando aluden a la frase “dar trabajo” generalmente tenemos la idea de que estamos haciendo “un favor al mundo” y espero que si un dueño de empresa o comercio lee esto, no se sienta ofendido, pero es cuestión de entender un poco la situación, muchas veces escuchamos decir a los empleadores que están molestos con sus empleados porque estos renuncian a sus puestos, pero, pocas o ninguna vez los escuchamos decir que sus empleados, son precisamente eso, porque cuentan con habilidades, conocimiento o incluso tiempo de los cuales ellos carecen para hacerse cargo de sus negocios y que deben por tanto recibir un trato y un salario justos, no solo el mínimo. Pensar que todo esto salió de una sola frase (tal vez dicha con buena intención) de unos jóvenes.

Ya para no alargar más el asunto, tratemos de buscar el origen de la frase fatídica; podemos decir que:

1.- Los muchachos nunca pusieron atención a la clase de Geografía e Historia del Estado, y tampoco a las referentes a Cívica y Ética.

2.- Sí pusieron atención y empeño en clases, pero les tocaron maestros poco entregados a su labor y que descuidaron mucho los conocimientos en sus materias.

3.- Que no importa si tuvieron o no buenos maestros, o si ellos fueron buenos o malos estudiantes, el entorno donde viven, la repetición de prácticas y costumbres erradas por parte de sus círculos cercanos, el constante mal ejemplo de sus familiares y el reforzamiento de la misma sociedad sobre estos temas, los hizo lanzar al aire la expresión: “cuando yo tenga un rancho, le voy a dar trabajo a todos los indios de la región para que vivan de algo”. Una frase dolorosa de escuchar, una oración errada y que aunque nos ofenda, nos cale y no nos guste, es culpa de todos, suya y mía, porque si queremos que dejen de existir jóvenes con expresiones de este tipo, dejemos de ser personas que se ríen o hacen mofa de sus etnias, dejemos de inculcar que el único éxito es el económico, dejemos de ignorar estas frases erradas, no digo que vayamos por la calle corrigiendo a extraños, digo que nos corrijamos a nosotros mismos y enseñemos mejores cosas a nuestros jóvenes.

Feliz día del maestro a todos los docentes de México y a todos los ciudadanos que sin ser maestros, enseñan con el ejemplo.

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