Por Mireya del Carmen Reyes Núñez
“Todas las cosas son imposibles, mientras lo parecen”
Concepción Arenal
Desperté pensando en todo lo que tenía que hacer durante el día, desde que inicia mi día a las 5:40 am aproximadamente hasta las 11:00 de la noche regularmente. Familia, trabajo y hogar son las tareas que tengo todos los días o ¿las tengo que llamar responsabilidades? Afortunadamente en mi hogar las responsabilidades son compartidas, pero no dejan de tener un peso en mi mente, pues aun estoy rodeada de ideas sobre las obligaciones de la mujer en cuanto su hogar, como la única que tiene la obligación de que todo se encuentre perfectamente; ropa limpia, alimentos en el refrigerador, casa ordenada, útiles escolares listos, etc.
Pareciera que ya no hay más espacio en mi mente para procesar otro tipo de información o para realizar otro tipo de actividades ajenas a estas. Entonces, esto quiere decir que las mujeres trabajadoras que no cuentan en su hogar con responsabilidades compartidas todo el día se encuentran laborando entre su trabajo remunerado y su trabajo en casa que no es remunerado. “Doble jornada” le dicen, al trabajo en el espacio público, pero también en el privado.
Esto tiene que ver con nuestras estructuras sociales y culturales en donde se ha jerarquizado tareas asignadas a la función del sexo y que contribuyó a la subordinación económica, cultural y política de las mujeres tal como lo menciona Karina Batthyány en el seminario “Las familias latinoamericanas interrogadas” llevado a cabo en Montevideo.
Y es que, el trabajo del hogar es el más pesado pues debe realizarse día con día, de lo contrario nos afectaría en otros ámbitos de nuestra vida tales como en la salud, en el trabajo remunerado y en nuestras relaciones familiares, el total de horas laborables en el hogar supera por mucho al horario laboral remunerado.
¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para que se reconociera la doble jornada laboral femenina? teniendo en cuenta que fue al inicio de la revolución industrial cuando se incrementó el número de mujeres trabajadoras. En México fue hasta el 2015 que la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el amparo 1754/2015 reconoció esta doble jornada femenina visibilizando el derecho a la no discriminación fundamentada en estereotipos de género, por lo cual es un paso trascendental en la protección y garantía de nuestros derechos.
Nos toca seguir trabajando a todas y todos en las responsabilidades compartidas o a lo que llamamos corresponsabilidad como un elemento para llegar a la igualdad real y efectiva, así ninguna mujer y ningún hombre despertarán con una sobrecarga mental por una jornada laboral de 24/7.
Mireya del Carmen Reyes Núñez
Licenciada en derecho
Docente en la Universidad de Matehuala
Diplomado en controversias del orden familiar
Cursos y talleres en temas de derechos humanos.