Ustedes y nosotros
Por José Ismael Leyva Nava
El resto del dolor de este mundo cayo de golpe y sin piedad sobre la humanidad de los padres de Paola, ya que días antes el dolor les era suministrado día con día, dosificado hora por hora, ante la incertidumbre de donde estaría su hija , pero aun con la esperanza de encontrarla viva, de verla nuevamente en casa, de poder decirle lo que muchas veces nos guardamos de decirle a los nuestros, cosa tan simple como que los amamos, y que no lo hacemos , ya sea por las inminentes ocupaciones o porque asumimos que siempre estarán ahí para decírselo en cualquier otra ocasión, como en un cumpleaños o un graduación.
Los padres de Paola seguirán cayendo en un abismo de dolor inexorable, dolor que los ha partido y así seguirán, piensan en la maldita realidad que les ha tocado vivir, en la historia de horror que sus ojos sufrieron en carne propia, en un castigo dantesco que ahora cargan sin culpa alguna, el perder a tu hija de esa forma se vuelve la peor de las locuras y en una tristeza infinita en un alma que seguramente cargaran a rastras en estas calles potosinas.
Ustedes se trasladan en avión, en camionetas blindadas, con la seguridad que corresponde “al alto encargo que ostentan”
Nosotros salimos a la calle esperando regresar, en camión urbano, en bici, en el mejor de los casos en vehículo propio, increíble que mejor nos hemos adaptado a las circunstancias de un estado violento, e intentamos regresar temprano, las mujeres a vestir “adecuadamente”, o no visitar ciertas zonas de la ciudad; cuando lo que tendríamos que hacer es exigir la seguridad de quienes protestaron cumplir y hacer cumplir las leyes emanadas de nuestra constitución, en donde se garantiza el derecho a la vida y a la seguridad.
Ustedes hacen rueda de prensa posicionando los homicidios, feminicidios y hechos delictivos entre un parámetro llamado media nacional , para decir que estamos debajo de ella, que esos son resultados y que no son números malos.
Nosotros perdemos cada vida como un mundo que no volverá, como un patrimonio al que le diste lo mejor de tu tiempo para obtenerlo y que te arrebatan con pistola en mano, nosotros conocemos a un vecino o un pariente de los que nada saben de sus hijos, pero siguen sin perder la fe de volverlos a encontrar.
Ustedes viven quizá en un lugar resguardado, con caseta de vigilancia al frente, con la tecnología de punta para vigilar su casa, donde en cada metro cuadrado se sienten seguros.
Nosotros esperamos encontrar todo como lo dejamos en la casa, le encargamos al vecino nos eche un ojo a nuestra puerta y cuando nos llegan a robar decimos “Lo bueno que solo son cosas materiales..”
Y así los dos mundos y las dos realidades contrastan demasiado y el discurso de las autoridades de que darán con los responsables ya nos lo sabemos, y sus voces se vuelven palabras huecas, ante la realidad de los que no nos sentimos seguros caminando por San Luis, y darán rueda de prensa y quizá el aparato burocrático se mueva solo en la medida del alcance de la indignación de la noticia y den con el culpable, y apagaran un fuego, pero serán incapaces de apagar las llamaradas que crecen por todos lados.
Y el fiscal tomara un pañuelo para secar su sudor antes los medios , y se indigestara con apenas quince minutos de preguntas duras de la prensa , hasta que su paciencia de entrada a la ultima pregunta, y se repetirá la escena en algún momento dado, como lo fue cuando laceraron la espalda de una mujer en un urbano, como cuando la muerte de un periodista, como cuando colgaba el cuerpo de una niña a unos pasos de la alameda; y el tiempo hará lo suyo y olvidaremos, porque la vida sigue y nuevamente la indignación dará a su paso a un nuevo caso.
Y repetiré estas líneas como antes lo había hecho “ Si no pueden con el cargo .. renuncien..” y mientras no caminen nuestros pasos, vivan donde vivimos, caminen por donde caminamos, sufran lo que suframos, vivirán en su mundo irreal alejado del ciudadano y nada habrá cambiado.
Señores responsables de nuestra seguridad: Tengan vergüenza, sean decentes, es obvio que no pudieron con el cargo.