¡Patria!¡patria!, tus hijos te juran.
Por Alejandro Contreras Ramírez
Es un gusto para mí, redactar esta columna y tener estas conversaciones con usted, apreciado lector, le agradezco infinitamente su preferencia por este tipo de lectura.
Pues bien, transcurre ya la primera semana de este 2017, el sentir de la gran mayoría de los mexicanos es claro, México… se despedaza, el tiempo de dudas, incertidumbre, arrepentimientos, pensamientos, acciones y demás, ha llegado; la opinión social dice varias cosas, grita, ¡Vamos a saquear! a reventar, a destruir, y no a construir; no los culpo por no poder construir, se necesita tener una formación académica, cívica y moral, para ello.
La sociedad no se puede quedar callada y susurra muy bajito, a mí no me afecta esto, que se quejen, que marchen, que exijan a los que les afecte, a mí no me perjudica, yo si trabajo, la indiferencia de esta fracción de la sociedad, es tan grande, que duele, pero es más grande su delirio, de verdad creen que la crisis por la que transita el país, no los va alcanzar, ilusos.
La sociedad no se detiene y piensa, vamos a actuar, si hay un momento más oportuno para tomar las riendas, es este, si queremos un cambio debemos cambiar, no quedarnos en la corrupción, ser transparentes y honorables, no ser indiferentes, participar, ser justos no impartir injusticias, trabajar siendo pueblo para el pueblo… nunca olvidando que somos pueblo.
La situación crítica que impera en México se transforma en una sábana que lo cubre todo y ante tal problemática el ciudadano Enrique Peña Nieto como una figura presidencial cansada, incómoda, molesta, suelta una pregunta fuera de tiempo y de lugar ¿Qué hubieran hecho ustedes? ya no es el pasado, es el presente ¿Qué vamos a hacer, con un representante que ante las circunstancias reacciona como si viviera en otra realidad? que no es la nuestra.
Varios intelectuales del país, plantean escenarios ante estos acontecimientos, una de ellas es María del Carmen Aristegui Flores, periodista mexicana, la cual escribe lo siguiente en una de sus columnas.
Si la sociedad mexicana logra sacudirse el miedo, la apatía y la indiferencia y construye nuevos espacios de actuación con las reglas de la democracia y la participación, la historia se escribirá de otra manera. México requiere de nuevos liderazgos y dotar de contenidos a su indignación. México debe plantearse, sin más, qué sí y qué no es lo que quiere como nación. Así de sencillo. Así de poderoso.”
Me pregunto, lo que vivimos ¿será un momento, de esos que, trascienden y quedan en la historia? ¿logrará transformar de forma fecunda y positiva, la indignación y el descontento? ¿O sucumbirá ante la duda y una vez más echará su frustración al morral de los sueños rotos? Sea como sea, en nosotros descansan estas respuestas.
Y algunas partes ya han dejado claras sus repuestas, ante los grupos de choque, ante estos “reventadores” de marchas pacíficas, la sociedad de forma inteligente se separa y ataca de la forma más cívica posible diciendo: “ese no es el pueblo, ese no es el pueblo, ese no es el pueblo…”
En algunos otros puntos de la república empieza a hacer eco nuestro Himno Nacional, un himno que deja claro entre líneas, antes patria, que dejar a un extraño enemigo profanar tu suelo.
Para concluir esta columna, les dejo un fragmento del Himno Nacional mexicano que fue escrito por el poeta potosino Francisco González Bocanegra en 1853.
Coro III
Como el golpe del rayo la encina se derrumba hasta el hondo torrente, la discordia vencida, impotente, a los pies del arcángel cayó. Ya no más de tus hijos la sangre se derrame en contienda de hermanos sólo encentra el acero en tus manos quien tu nombre sagrado insultó.
Bibliografía.
http://historico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/derycul/cont/13/mis/mis12.pdf
Citando al gran cronista de México, Carlos Monsiváis “Yo vivo a fondo leyendo poesía, escuchando música, analizando procesos de una realidad extraordinaria”. Soy Alejandro Contreras Ramírez, soy Lic. en Bioquímica y también soy un observador incansable de la sociedad y sus características, lo cual, me convierte en un intérprete y admirador de ella.