De feminicidios, desinterés político y otros demonios
9 septiembre, 2017

El rincón del Mago

Por: Abelardo Medellín Pérez

Si se mira atrás en el tiempo, quizá hace menos de un año, los potosinos veríamos una de las etapas más obscuras para las mujeres de nuestro Estado. Podremos ver a compañeras, familiares y amigas ahogadas en una profunda preocupación de hacer sus actividades por el ambiente de violencia en contra de ellas que se respiraba en el exterior. Violaciones, asesinatos, secuestros y una lista terrible de delitos que atentaban contra ellas y contra ese sentimiento de seguridad y plenitud que su Gobierno debería velar.

¿Algo malo?, claro que era algo malo, más allá de eso, es una situación deleznable, y lo peor de todo, no es la manera simple de resumirlo, eso es solo el inicio de un desencadenamiento de sucesos que dejarían claro la irresponsabilidad y desinterés de las autoridades con respecto a un tema tan sensible como la violencia de genero.

En el ámbito de cómo lo percibía la sociedad, solo hay que voltear a las calles del centro de la capital. En zonas aledañas a la conocida Plaza del Carmen, se caminaba por la tarde y uno podía comprobar como en puestos de aparatos tecnológicos, se vendían gases pimienta y paralizadores eléctricos. ¿Cómo se traduce?, sencillo: el mercado vio una oportunidad, y lucró con un sentimiento tan delicado: el miedo. Después en las escuelas se veía a las compañeras armadas con sus paralizadores o esperando el camión con sus gases pimienta. No es equivocado el hecho de buscar protección, sino la realidad de que la respuesta más efectiva fue de los comerciantes y que estos solo pensaban en una forma de vender seguridad. Lamentablemente funcionaba la venta, pues por parte de quien correspondía, (las autoridades) nadie ofrecía ni prevención ni protección.

Le pido al lector guardar la sorpresa un momento, lamentablemente, como muchas cosas en nuestro país, lo peor está por venir.

A finales de 2015, San Luis Potosí solicitó a la Secretaría de Gobernación la Declaratoria de Alerta de Género, a través de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Dicha Alerta, se solicitó para cubrir a seis municipios del Estado, y hasta un año y siete meses después de la solicitud, se tuvo respuesta de las instancias Federales.

“¡Un año y siete meses después!, esto tiene que ser culpa de algún problema burocrático de la Secretaria de Gobierno”. Burocracia: sí. Segob: no.

En el antecedente del documento de Alerta de Género, menciona que el año pasado, el gobierno estatal acepto un grupo de conclusiones realizadas por un grupo de trabajo sobre la situación de los feminicidios en S.L.P. Dichas conclusiones contaban con un plazo de seis meses para implementadas. El 20 de octubre del mismo, año, nuestro gobierno estatal, emite un informe donde se especifica como todas las recomendaciones y acciones del grupo de trabajo han sido cumplidas.

Sin embargo (porque no todo en esta vida puede ser así de sencillo y justo) el 11 de abril del presente año, el mismo grupo de trabajo que había fijado la línea de trabajo a seguir, declaró que: “no se actualizaron los elementos suficientes para el cumplimiento de las propuestas contenidas en el informe”. Es decir: las ganas de ayudar y el comienzo de las políticas públicas ahí estaban, pero a medias.

A la sombra de esta incapacidad laboral por parte de los encargados de protegernos, el Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Conavim) cayó en cuenta de que aun existían las condiciones para emitir una Alerta de Violencia de Género (AVG).

Puede llegar a preguntarse: “¿qué es una AVG y por qué a nuestras autoridades les parece tan complicado hacer una parte del trabajo que se supone deberían estar, ya no haciendo, sino implementando?”.

A esta pregunta, se comienza explicando que la AVGM (Alerta de Violencia de Género contra la Mujer) es un mecanismo de protección dentro de la ley que sirve garantizar la vida, libertad, seguridad e integridad de mujeres y niñas. Esto, según la página de Alerta de Género de Edomex. Se podría agregar lo que aparece en portal de Gobernación, donde se habla de un “mecanismo único en el mundo”, solo que no se sabe si es único porque en otros países no existen los mismos problemas de feminicidios o porque en otros países lo hacen funcionar por la eficacia de los mecanismos legales.

La segunda respuesta a la pregunta, con respecto a los funcionarios no desempeñando bien su trabajo, es un poco más simple: al parecer, no les interesa.

Esta respuesta no es una especulación, sino la manera en que lo ve el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Jorge Andrés López Espinosa, quien habló de su preocupación provocada por los alcaldes de los seis municipios donde se activó la AVG, quienes brillaron por su muy notoria ausencia a la junta para retomar el tema de la Alerta de Género llevada a cabo hace poco más de una semana.

A esta cadena de infortunio y heridas al bienestar público se suma la indignación de La presidenta de la Comisión de Atención a las Mujeres, Laura Gama Bazarte. Quien retoma la postura de López Espinosa, haciendo referencia al desinterés de las autoridades municipales. Además, declaró que no se ha informado a la comisión las medidas a implementar a pesar de recientemente haber pasado por una segunda junta con todas las autoridades involucradas en la capital.

A la fecha y muy a pesar de la tardía dinámica de las autoridades, el único organismo que parece estar desarrollando actividades en pro de la seguridad de las mujeres, es el Instituto de las Mujeres del Estado de San Luis Potosí (IMES). Quienes han hecho talleres para le funcionariado público, capacitaciones para el funcionariado del poder Judicial del Estado, además de la capacitación en la perspectiva de género y atención a víctimas de violencia, entre otras muchas actividades que pareciesen ser las que en verdad marcan un referente entre lo que se ha hecho y lo que está dando resultados.

Puede que las acciones que erradiquen la violencia de género deban venir del pueblo, como todos los cambios necesarios de nuestro país. Tal como lo demuestra Sonora, quien solicitó a través del Colectivo de Mujeres Activas Sinaloenses la Declaratoria de Alerta de Género, sin necesidad de una conminación por parte de la CNDH.

Al final, seguimos gobernados por el desinterés hacia el pueblo y continuaremos con la expectativa que algún día la seguridad sea una garantía aplicada en todo el Estrado y no solo un deseo, cuya ausencia no provoca más que mutilaciones a la parte más importante de nuestra sociedad: las mujeres. Porque lo que sea que haga un hombre, lo hace por alguna mujer en otra parte. Como ciudadanos no podemos sentarnos a contar y observar como numero de feminicidios aumenta y aumenta variando solo en cómo sucede, debemos levantarnos y recordar a nuestras amigas; debemos solicitar nuevas políticas y recordar a nuestras hermanas; debemos velar por seguridad preventiva y no solo de reparación de daños, al hacerlo, pensemos en nuestras madres. Todo lo anterior debe ser mencionado y reflexionado, sobre todo en nuestra ciudad, considerando lo siguiente: los seis municipios para los que se solicitó la AVG son San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez, Ciudad Valles, Tamuín, Tamazunchale y Matehuala. Nuestra ciudad ya no es la extensión desértica de la calma, ahora muestra su nueva cara como el festival potosino de diversidad en materia de delitos encomiables. La Conavim puede seguir emitiendo recomendaciones como bien lo ha hecho durante tantos años la CNDH, pero mientras ninguna de estas instituciones este facultada para extender sanciones, la voluntad neutra, si no es que inexistente, de nuestros gobernantes seguirá propiciando las nefastas posibilidades para que la violencia siga germinando como aquella hierba mala que no quiere ser cortada de raíz.

“…de enero del presente año, al menos 28 mujeres han sido asesinadas, 11 de ellas desde el 21 de junio, día cuando se emite oficialmente la Alerta de Violencia de Género.”

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